Daniela López Mejía, exseleccionada mexicana de Lucha, fue agredida por el papá de su hija, Luis Pedro C., con una técnica de Artes Marciales Mixtas. Él es luchador profesional de MMA.
“Empecé a tener una discusión con mi pareja, ahora mi expareja, papá de mi hija. Él deseaba dormir, eran las cinco de la mañana, yo deseaba hablar, platicar, solucionar el problema que teníamos en este momento. Él al quererme callar y yo no al quererme callar tomó la decisión de callarme con un golpe”, contó en entrevista para Imagen Noticias con Ciro Gómez Leyva.
“Realmente fue un solo golpe, pero fue un golpe con tanta fuerza, con tanta técnica que me tumbó hasta el piso. Con el puño cerrado, con su técnica de Artes Marciales, con toda su fuerza. Incluso hubo un momento que me desmayé porque no me acuerdo cómo azoté en el piso. Recuerdo abrir los ojos y ver el piso lleno de sangre y él parado diciéndome: ‘es lo que querías, es lo que te mereces’”, contó.
En un video previo en sus redes sociales, la exseleccionada mexicana de Lucha señaló que se le diagnosticó una fractura de nariz tras la tomografía que se le practicó.
López Mejía señaló que la relación que tuvo con su pareja nunca fue sana y “siempre tuvo altas y bajas”.
Contó que no ha sido la primera vez que la ha golpeado, “pero creo que fue la más grave”.
La exseleccionada mexicana de Lucha indicó que ya denunció a su pareja.
“Ya lo denuncié, es la primera vez que lo denunció. Creo que quiso atentar contra mi vida, lo hizo con toda la conciencia y con todo el afán de lastimarme”, mencionó.
Descartó haber sufrido alguna amenaza e indicó que el papá de su hija no la ha contactado.
“Realmente después de que lo hizo, él se desapareció, ya no volví a saber de él, no lo volví a ver, no me ha vuelto a hablar, no me ha mandado mensaje, se desapareció de nosotras”, relató.
Daniela López espera que haya justicia y no le gustaría ver a su hija que tuviera una experiencia similar.
“Que tiene que ver un alto, que hay justicia, que hay leyes, que esto no es normal, no me gustaría como madre que mi hija viviera algo así. No me gusta ver a mi madre llorar”, concluyó.
Excélsior