Contar con mediciones del delito desagregadas, que sean válidas, confiables y que cuenten con metodologías claras es fundamental, tanto para el diseño de políticas públicas de seguridad —incluidas las de prevención— como para que los ciudadanos puedan tomar decisiones importantes en sus rutinas diarias. En México vemos con desaliento que esto aún no sea así.
Sin un sistema de estadísticas delictivas con metodología confiable y replicable en el tiempo y en todos los municipios del país será difícil identificar cuál es la problemática delictiva, cuáles son las acciones que han funcionado y cuáles no. Ejemplo de ello son los siguientes dos casos: los informes mensuales de datos preliminares en materia de seguridad que ha publicado la Secretaría de Gobernación desde febrero de 2013 y el inexplicable descenso de los homicidios en el Estado de México.
En el primer caso, la información presentada, en lugar de aclarar el panorama del estado delictivo, ha causado más confusión. De hecho, diversas organizaciones —entre ellas México Evalúa— han publicado comunicados (1 y 2), solicitando que se aclare el origen y la metodología de los datos y que se hagan públicas las bases de datos con la información desagregada por estado, municipio e incluso colonia. Sin embargo, hasta ahora estas solicitudes no han sido atendidas por las autoridades federales.
Lo más preocupante es que, de acuerdo con la solicitud de información realizada por Lilian Chapa de México Evalúa, lo único que podemos saber de la cifra de homicidios presentada en dichos informes es que se utiliza la misma metodología de la “Base de datos de fallecimientos ocurridos por presunta rivalidad delincuencial”, creada por la administración pasada, y que fue discontinuada precisamente por no contar con metodología válida ni información confiable. (En su momento, Alejandro Hope expuso cuáles eran las principales fallas de dicha base de datos, además de que no existía fundamento legal para muchos de los fallecimientos ahí contemplados, es decir, los casos reportados no estaban respaldados por una averiguación previa ya que, a decir de Jaime López-Aranda, “no existen las averiguaciones previas por homicidio de la delincuencia organizada”).
En el caso del Estado de México, la falta de certeza en el origen de la información ha propiciado que la inusual caída de los homicidios levante sospechas e, incluso, ponga en duda la disminución de la tasa de homicidios a nivel nacional. Como lo ha dicho Hope, esto no significa que los datos estén mal, sin embargo, con la información disponible no es posible saber si el descenso se debe a la inclusión de mayor número de muertos dentro de un número menor de averiguaciones previas, si uno o varios ministerios públicos tuvieron problemas en la generación de la estadística, o si en verdad la incidencia de este delito disminuyó. Si ese es el caso, no podemos saber en qué municipios ocurrió y cuáles fueron las políticas exitosas o condiciones sociales o comunitarias que propiciaron el descenso y por lo tanto, no podremos replicarlas en otras zonas del mismo estado o del país.
Para corregir lo anterior, es necesario que exista un sistema de estadísticas confiable, con metodología única, al que todas las autoridades de seguridad pública del país den seguimiento puntual y que esté coordinado por la autoridad federal. Además, es importante que dicho sistema cuente con un mecanismo de incentivos y sanciones para fomentar la claridad en la información, penalice la falta de transparencia y corrija los errores metodológicos para su correcta integración. Algunas de estas funciones son cubiertas por el Centro Nacional de Información del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y aunque su labor ha sido importantísima para agregar bases de datos con la información sobre incidencia delictiva proporcionada por las procuradurías y fiscalías locales y sentar las bases para la creación de un sistema nacional de información de seguridad pública, México aún no cuenta con las herramientas legales para incidir con mayor profundidad en los otros niveles de gobierno, ya que por desgracia esto sigue sin ser prioridad en aquéllos y su ausencia está lejos de solucionarse satisfactoriamente.
Es por ello que ante la omisión gubernamental, la sociedad civil organizada, a través de los observatorios ciudadanos, comienza a desempeñar un rol fundamental para la validación de la información y así mejorar las estadísticas a nivel local. El Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) y México Evalúa han dado un gran primer paso en la materia. Desde el año 2012, se han dado a la tarea de manera conjunta en el diseño de un modelo de observatorios ciudadanos para crear la Red Nacional de Observatorios Locales Ciudadanos del Delito. Los observatorios locales son organizaciones de la sociedad civil que buscan dar seguimiento a la incidencia delictiva de sus ciudades y trabajar en conjunto con los gobiernos de los tres niveles para diseñar diagnósticos específicos que sirvan de base para proponer políticas públicas acordes a las necesidades y el contexto local. Dichos observatorios sirven como un vínculo importante entre la sociedad civil y los actores encargados de la seguridad y la procuración e impartición de justicia.
Para ser miembros de la red, los observatorios pasan por un proceso de capacitación y certificación diseñado por México Evalúa en donde se asegura que operan con la metodología diseñada por la institución.
Al finalizar el proceso, México Evalúa y el ONC certifican que el observatorio cuenta con las capacidades para producir información válida y confiable y que sus procesos de interlocución se apegan a los principios éticos y de colaboración planteados en el modelo.
La implementación de este esquema de observación pasa por diversas etapas. La primera de ellas es el seguimiento y análisis de la incidencia delictiva con base en los reportes de las procuradurías locales con el fin de identificar los focos rojos de crecimiento delictivo (más allá de los homicidios) y poder reconocer los posibles errores en la integración de los datos reportados en la incidencia delictiva
Segundo, con el fin de contribuir a la calidad de las estadísticas del delito, los observatorios mantienen un diálogo con las autoridades para que se utilicen fuentes alternativas de información como las encuestas locales de victimización, al tiempo que se busca que se den a conocer los datos recopilados por los Centros de Control, Comando, Comunicación y Computo (C4) y los reportes policiales.
Hasta ahora la red cuenta con dos observatorios ciudadanos certificados (el Consejo Cívico de las Instituciones de La Laguna y el Consejo Cívico de las Instituciones de Coahuila Sureste), y está en el proceso de certificar otros tres más. Estos consejos han colaborado con la Procuraduría de Coahuila con el fin de establecer diagnósticos mejor informados de la incidencia delictiva en la entidad. De hecho, el Observatorio de La Laguna publicó recientemente los primeros reportes de incidencia delictiva junto con un mapa mensual de los homicidios por colonia en la Comarca Lagunera. Esta información es vital para identificar las zonas en que la autoridad tiene que centrar mayores esfuerzos para abatir la delincuencia en esta región.
Todavía falta mucho por hacer, el primer paso se ha dado y el interés que han mostrado diversas organizaciones y empresarios de muchas partes del país nos permite tener la confianza de que esta red contribuirá a mejorar la seguridad de los ciudadanos desde el nivel local. Este tipo de esfuerzos son fundamentales para solventar las deficiencias en la calidad de la información delictiva del país, insumo primario para realizar los diagnósticos y las políticas públicas para combatir el fenómeno. Además, la sociedad civil es pieza clave para lograr que, a través del Centro Nacional de Información, se identifiquen los principales problemas en la generación de información y se creen los mecanismos y herramientas para fortalecer el sistema de información en todos los niveles de gobierno.
http://www.animalpolitico.com/blogueros-el-blog-de-mexico-evalua/2013/05/30/falta-de-certezas-el-origen-de-la-informacion-en-el-tema-de-seguridad/#ixzz2UoXsIdKS