La falta de información concreta, de pistas claras o de avances en la investigación ha llevado a los familiares de Nicole Elizabeth Corpus Tenorio, de 18 años, y su madre, Rosa Isela Corpus Tenorio, de 35 años, ambas originarias de San Luis Potosí y desaparecidas en Matehuala, a exigir a las autoridades no subestimar la complejidad de esta situación y a esclarecer los hechos que rodean su no localización desde hace 13 días.
Nicole es recordada como una madre joven y luchadora, quien a pesar de las dificultades, trabajaba incansablemente para ofrecerle un futuro mejor a su bebé. Vendía ropa, zapatos y realizaba arreglos florales que comercializaba por internet, demostrando una determinación admirable.
El pasado 31 de mayo, Nicole recibió una llamada que cambiaría su vida. La pareja de su madre Rosa Isela, le informó que ésta se encontraba detenida en Matehuala y que necesitaba a un familiar directo para liberarla. Sin dudarlo, Nicole decidió acudir en ayuda de su madre. Antes de partir, dejó a su bebé de un año y medio al cuidado de su tía, con la promesa de explicar la situación más tarde.
Nicole, quien creció bajo el cuidado de su abuela, con visitas esporádicas de su madre Rosa Isela, cuya vida permanecía en gran medida un misterio para la familia, no dudó en mostrar disposición para ayudar a su madre en cualquier circunstancia, incluso en medio de la incertidumbre. Tras su llegada a Matehuala, Nicole se comunicó con su tía para informarle que su madre no estaba detenida, encontrando la situación extraña y preocupante.
Esa fue la última vez que se tuvo noticias de Nicole. Días después, el cuerpo sin vida de la pareja de Rosa Isela fue encontrado, seguido del hallazgo de la camioneta en la que viajaba Nicole, junto con los documentos de su madre, pero sin rastro de ellas. La familia, que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, ha expresado su desesperación y frustración ante la falta de avances en la investigación.
La incertidumbre y el dolor de no saber qué ha pasado con Nicole y Rosa Isela han convertido cada día en una espera interminable. La familia clama por justicia y por el esclarecimiento de este caso, que se ha convertido en un símbolo de la lucha de muchas familias en México, enfrentadas a la desesperación y la ineficiencia institucional en situaciones de desaparición.
“Las autoridades tienen la responsabilidad de actuar con celeridad y diligencia, no solo para encontrar a Nicole y Rosa Isela, sino también para restablecer la confianza de una comunidad que demanda respuestas y justicia”.
La historia de Nicole y Rosa Isela, señalaron los familiares, no puede quedar en el olvido; es un recordatorio doloroso de que cada vida cuenta y de que la búsqueda de justicia es una tarea urgente e ineludible.