Las intensas lluvias derivadas de la tormenta tropical número 13 han dejado huella en las viviendas de San Luis Potosí, transformando las calles en ríos caudalosos y causando graves daños en la capital y sus alrededores. Los residentes, con ojos llenos de frustración, narran cómo el agua invadió sus hogares en cuestión de minutos, sin darles tiempo a salvar sus pertenencias.
Dulce Reyna, del fraccionamiento Insurgentes, relató cómo el agua subió rápidamente, entrando a su casa y causando angustia en su familia. “Sentimos mucha angustia al ver cómo el agua subía de nivel y se estaba metiendo a la casa”, expresó. En esta zona, Dulce y su familia perdieron muebles y parte de su patrimonio, aunque lograron salvar algunos aparatos electrónicos subiéndolos a mesas y sillas.
La zona de B. Anaya también sufrió graves inundaciones, con calles que parecían ríos. Berenice, una residente, describió cómo no pudo abrir la puerta de su casa porque el agua ya había inundado la cochera. “Yo necesitaba salir al trabajo, pero no podía ni abrir la puerta de mi casa porque se metería toda el agua”, comentó.
En el barrio de San Miguelito, las reparaciones en las calles ya habían causado problemas, que se agravaron con la lluvia, incrementando la cantidad de baches y el lodo. Luis Alfonso, vecino del barrio, temía que la calle colapsara debido al nivel del agua. “Nosotros ya sufrimos por las calles abiertas y luego con la lluvia, esto se volvió un caos total”, mencionó.
Además del daño físico a las viviendas, los residentes de San Miguelito están preocupados por las enfermedades causadas por el lodo y el agua, especialmente entre los niños y las personas mayores. “A mí lo que me da más miedo son las enfermedades porque tenemos mucho lodo y tierra, y las alergias y enfermedades respiratorias empiezan a llegar”, señaló un residente.
En la avenida Constitución, el agua también causó estragos, convirtiendo cocheras y entradas de casas en pequeñas lagunas. Rosa, una madre con tres hijos, explicó cómo subió a sus hijos a los sillones por miedo a que el agua los alcanzara. “Me angustie mucho y agarré a mis tres hijitos y los subí a los sillones antes que el agua subiera más”, relató.
Juan Antonio Villa, comisario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que la lluvia alcanzó un 30 por ciento de lo que usualmente llueve en un año. Los habitantes de las zonas afectadas coinciden en que el mal estado del drenaje y la acumulación de basura en las calles y alcantarillas han empeorado la situación. Hacen un llamado a las autoridades para que tomen medidas y eviten que más familias pasen por situaciones aterradoras.
