Hace cinco meses, Fátima Patricia Herrera dejó su último entrenamiento en el Deportivo Ponciano Arriaga con la maleta llena de sueños, lista para enfrentarse al desafío de su vida: convertirse en la primera mujer de San Luis Potosí en participar en los Juegos Olímpicos. Desde entonces, ha vivido momentos intensos, desde la inauguración de la justa olímpica hasta los combates que disputó en el ring.
Ahora, de vuelta en casa, Fátima se muestra más madura y reflexiva. Está consciente del impacto que su participación ha tenido en los niños y jóvenes de su comunidad, quienes la ven como un modelo a seguir. Sin embargo, también ha sentido la desilusión por las críticas que ha recibido por parte de algunos mexicanos, quienes cuestionaron su desempeño en Tokio.
En el Deportivo donde entrena, un mural con la frase “Nunca pares de soñar” se ha convertido en un símbolo de inspiración para otros boxeadores que sueñan con seguir sus pasos. Fátima expresa con orgullo lo que significa para ella ser un ejemplo para los más jóvenes: “Es una satisfacción muy grande ver que lo que hago inspira a los niños. Una niña me dijo que compró una Barbie boxeadora para que se la firme, y eso me llena de alegría”.
Con 22 años, Fátima ya ha cumplido el sueño de representar a México en los Juegos Olímpicos, pero su futuro aún es incierto. Dependiendo de cómo evolucionen las decisiones en el mundo del boxeo y los Juegos Olímpicos, podría optar por el profesionalismo o intentar otro ciclo olímpico.
Durante los Juegos Olímpicos, Fátima y otros atletas mexicanos fueron objeto de críticas, algo que considera desmotivador, especialmente para aquellos que, como ella, han hecho grandes sacrificios para llegar hasta allí. Recordando esos momentos, comenta con tristeza: “Es doloroso ver que, en lugar de apoyarnos, algunos prefieren criticarnos. Participar en unos Juegos Olímpicos no es algo que cualquiera pueda hacer. No fuimos a pasearnos, fuimos a competir, y eso debería valorarse”.
Con el cambio de administración en el país, Fátima espera que las nuevas autoridades de la Comisión Nacional del Deporte presten más atención a las necesidades de los deportistas. “Escuchar a los deportistas es fundamental. El apoyo debe ser incondicional, no solo cuando se gana. Necesitamos sentirnos respaldados”, afirmó.
Finalmente, Fátima agradeció a todos los que la han apoyado en su carrera, desde su hermano y entrenador Omar Coronado, hasta su familia, amigos, vecinos y patrocinadores, quienes han sido un pilar fundamental en su camino al éxito.