La tenista potosina Fernanda Contreras, además de destacarse en el tenis, ha encontrado una forma única de relajarse y nutrir su creatividad: escribir. Influenciada por autores como Ken Follett y Dan Brown, la mexicana lleva consigo una libreta en todos sus torneos, donde plasma historias de ficción que le permiten desconectar después de un largo día en la cancha.
A sus 27 años y ocupando el puesto 139 en el ranking de la WTA, Fernanda ha enfrentado grandes retos, incluyendo dos cirugías en su mano derecha debido a una lesión que la obligó a alejarse temporalmente del tenis y de la escritura. Sin embargo, siempre mantiene viva su pasión por la literatura, y aunque su recuperación fue una prioridad, tiene planes de publicar su segundo libro en el futuro.
Aunque su carrera en el tenis la ha ocupado intensamente, Contreras también se formó como ingeniera mecánica en la Universidad de Vanderbilt, una carrera que le apasiona desde pequeña. Creció rodeada de ingenieros, como su madre y su tío, y desde niña disfrutaba creando y reparando cosas, un interés que la llevó a inventar un recogepelotas cuando era más joven.
El tenis, por otro lado, ha sido parte de su vida desde siempre, y su conexión con el deporte tiene una fuerte raíz familiar. Es nieta de Francisco Contreras, quien alcanzó las semifinales del dobles mixto en Wimbledon en 1958. Antes de que su abuelo falleciera, tuvo una conversación memorable con él tras calificar a Wimbledon, en la que él le dio un consejo único: disfrutar de su momento y saborear las fresas con champaña. Ese recuerdo sigue siendo un apoyo emocional para ella.