Al menos 300 fincas ubicadas en el Centro Histórico de San Luis Potosí se han convertido en un foco de preocupación por los riesgos que representan para la ciudadanía, no solo por el abandono y el deterioro, sino también por el peligro de colapso.
Estas construcciones, muchas de ellas con daños visibles en su estructura, son especialmente vulnerables durante la temporada de lluvias, ya que la humedad puede debilitar aún más sus cimientos, provocando derrumbes o afectaciones al entorno. La erosión, las filtraciones y posibles inundaciones aumentan el nivel de riesgo.
A pesar del problema, las autoridades municipales enfrentan un obstáculo importante: no pueden intervenir directamente en estas propiedades por tratarse de inmuebles privados. Sin embargo, sí están obligadas a colocar señalamientos de advertencia que alerten sobre los posibles peligros, algo que en muchos casos no se ha cumplido.
Desde 2023, el Ayuntamiento capitalino había anunciado que colocaría señalética de seguridad en las fincas en mal estado, pero hasta ahora, la mayoría continúa sin ningún tipo de aviso visible. Lo más preocupante es que cada año aumentan los inmuebles en esta situación, elevando el riesgo para peatones, vecinos y turistas que transitan por el corazón de la ciudad.
La falta de acciones efectivas y de protocolos de prevención sigue dejando en el abandono no solo a las fincas, sino también a la seguridad de quienes viven o circulan cerca de ellas.
