El extinto Fondo de Desastres Naturales (Fonden) operó con falta de transparencia, discrecionalidad y corrupción a lo largo de tres administraciones federales, reveló Raquel Buenrostro, secretaria Anticorrupción y Buen Gobierno, durante la conferencia matutina encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
La funcionaria explicó que el fondo fue un esquema ineficaz, ineficiente y con altos costos administrativos, ya que los recursos para atender emergencias se tardaban en liberar hasta dos meses, afectando la atención inmediata a las zonas afectadas. Además, señaló que el mecanismo estaba lleno de trámites, falta de coordinación y múltiples actos de corrupción.
Buenrostro recordó que los fideicomisos públicos funcionaban sin un marco regulatorio claro, lo que permitía el manejo discrecional del dinero. “Ni siquiera se sabía cuántos existían”, comentó. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades constantes, entre ellas pagos sin comprobar, compras a sobreprecio, viviendas sin supervisión y faltantes de hasta 500 millones de pesos por cada activación del fondo.
De acuerdo con la ASF, los gobiernos estatales debían aportar 50% del gasto, mientras la federación cubría el resto, lo que generaba demoras y favorecía el mal uso de los recursos. En 2018, año electoral, el Fonden destinó 59 mil 606 millones de pesos, además de declarar 46 emergencias por olas de calor, que concentraron más de 400 millones de pesos.
Durante el sexenio de Vicente Fox, se presentaron observaciones por 182 millones de pesos, y se detectaron compras a sobreprecio de hasta 375% en medicamentos. Con Felipe Calderón, el manejo del fondo también estuvo bajo sospecha: en 2010, durante las inundaciones provocadas por los huracanes Karl y Mathew, el gobierno federal destinó 7 mil 411 millones de pesos, pero el gobierno de Veracruz no ejerció ni devolvió 531 millones.
En Tabasco, el entonces gobernador Andrés Granier, poco antes de concluir su mandato, utilizó 215 millones de pesos del Fonden para cubrir déficit financiero estatal, lo que derivó en acusaciones por peculado y evasión fiscal.
Por su parte, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, las obras de reconstrucción tras los huracanes Ingrid y Manuel comenzaron con 119 días de retraso, y se detectaron obras mal ejecutadas y desvío de recursos, incluso cuando existían seguros institucionales para cubrir los daños, como ocurrió en Morelos.
Raquel Buenrostro aseguró que, tras la desaparición del Fonden, el sistema actual de atención a desastres funciona con mayor rapidez y transparencia. En entrevista con Imagen Radio, explicó: “Ahora no hay tanta burocracia ni se necesitan declaratorias; ocurre una emergencia y los equipos se mueven de inmediato. Ese mismo día se hace un corte y la Presidenta, junto con las secretarías, ofrece un informe”.


