Alex Sarr, el nuevo pívot de los Washington Wizards junto a su compatriota Bilal Coulibaly, quien fue seleccionado el año pasado en el séptimo puesto del draft, llega en un momento complicado para el equipo de la capital estadounidense. Los Wizards atraviesan una etapa de reconstrucción tras dejar ir a varios de sus jugadores clave, lo que podría significar un desafío para Sarr mientras se adapta a la NBA.
Con 19 años y una altura de 2,16 metros, Sarr se destaca principalmente por su habilidad defensiva y su capacidad para proteger el aro, aunque necesita mejorar en el aspecto ofensivo. Jugando tanto como pívot como ala-pívot, muestra un potencial significativo para desarrollarse en la liga. Su hermano, Olivier Sarr, ya forma parte de los Oklahoma City Thunder, aunque enfrenta limitaciones en cuanto a minutos de juego.
Originario de la cantera del Real Madrid, Sarr pasó dos temporadas como cadete antes de embarcarse en su carrera profesional. La temporada pasada, jugó en los Perth Wildcats de la NBL en Australia, promediando 9,4 puntos, 4,3 rebotes, 1,5 tapones y 0,9 asistencias en 17 minutos por partido.
En otro punto del draft, Reed Sheppard, un escolta de 20 años hijo del exjugador profesional Jeff Sheppard, ha sido seleccionado por los Houston Rockets en el tercer lugar. Este año, el draft presenta muchas incógnitas respecto al rendimiento de los novatos en la NBA, sin ningún jugador destacándose como una estrella indiscutible del futuro. Este proceso busca equilibrar la competencia a largo plazo, aunque la incertidumbre y el factor aleatorio son constantes.
El draft de este año ha visto una notable presencia de jugadores franceses, con Zaccharie Risacher y Alex Sarr ocupando los dos primeros puestos, marcando un hito para su país en la NBA.