García Luna, Cárdenas Palomino, Arzate: De insignias de la PF a modelos de corrupción

Genaro García Luna, Luis Cardenas Palomino e Iván Reyes Arzate fueron tres de los principales elementos de la extinta Policía Federal que implementaron la estrategia de seguridad en el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), quien al asumir el poder declaró una guerra abierta al crimen organizado, con el cual —según señalan las autoridades de Estados Unidos— se presume que estaban coludidos precisamente estos tres mandos.

Pese a la gravedad que implica que tres elementos de primer nivel de la Policía Federal estén presos y enfrenten a la justicia, tanto a la mexicana como a la estadounidense, el expresidente Calderón se ha deslindado de los señalamientos, en el caso de García Luna, y ha guardado silencio, en lo que respecta a los otros dos jefes policiales, una postura que contrasta con el activismo político con el cual se ha conducido en la presente administración de Andrés Manuel López Obrador. 

En las ocasiones en las que ha tenido que hablar sobre Genaro García Luna, su exsecretario de Seguridad preso en EU por narcotráfico, el exmandatario se ha deslindado de él, el hombre de todas sus confianzas y a quien defendió en su sexenio cuando empezaban a surgir los señalamientos que lo involucraron con la delincuencia.

“De la información respecto del arresto del Ing. García Luna, preciso que desconocía por completo los hechos que se le imputan. Espero que se realice un juicio justo y de confirmarse las imputaciones, se aplique la ley. Sería además una grave falta a la confianza depositada en él”, escribió Calderón en diciembre de 2019 cuando se dio a conocer la noticia del arresto de su jefe policial. Desde entonces el expresidente ha marcado su distancia y aún cuando reconoció que ”existieron rumores” refirió que nunca hubo pruebas, pese a que algunos mandos han demostrado que sí se le hicieron saber los señalamientos contra García Luna.

El expediente que la Justicia de EU tiene contra García Luna acumula millones de fojas de pruebas. Las autoridades de ese país le imputan cargos de asociación delictiva para el tráfico de cocaína y de falso testimonio. En concreto, se le señala de recibir varios millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa —organización criminal a la que el Gobierno de Calderón decía combatir— a cambio de permitir que traficara cargamentos de varias toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. 

En ese mismo sentido, Iván Reyes Arzate, quien fuera el enlace principal entre las agencias de inteligencia estadounidenses y mexicanas, se declaró culpable de conspirar para traficar cocaína en un tribunal federal en Brooklyn, según informaron este martes las autoridades de Estados Unidos.

Reyes Arzate es acusado de recibir un soborno a cambio de asistir al cartel de la droga El Seguimiento 39, asociado con el Cártel de Sinaloa, —con éste último también se presume que tenía vínculos García— para enviar cocaína desde México a Estados Unidos. “Al aceptar miles de dólares en sobornos a cambio de información sobre las investigaciones de las fuerzas del orden sobre El Seguimiento 39, Arzate forjó una deplorable alianza con traficantes de droga”, dijo en el texto el Fiscal del distrito este de Nueva York, Breon Peace, que señaló que el excomandante “traicionó” así al “pueblo de México que había jurado proteger”.

En relación a este caso, el expresidente Calderón no se ha posicionado, lo que le ha valido críticas en redes sociales, en donde suele ser un asiduo participante.

Luis Cárdenas Palomino al recibir de Felipe Calderón la Medalla al Mérito Policial. Foto: Wikicommons/ConsultorSH.

Felipe Calderón tampoco habló cuando otro elemento de su Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino, fue detenido en México acusado de tortura.

A Cárdenas Palomino, extitular de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal y extitular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), se le consideraba, como al mismo García Luna, un “súper policía”.

El exmando policial fue detenido el pasado 5 de julio por la Marina Armada de México en Naucalpan, en el Estado de México, según informó la Fiscalía General de la República (FGR). Se le acusa por las torturas cometidas contra supuestos integrantes de la banda de Los Zodiaco en 2012, entre ellos el hermano y un sobrino de Israel Vallarta, en el polémico caso de la ciudadana Florence Cassez que significó un conflicto diplomático entre Calderón Hinojosa y Nicolas Sarkozy, este último condenado en marzo pasado a tres años de cárcel por corrupción.

A la par, en Estados Unidos, también se le imputan cargos de narcotráfico junto a Ramón Pequeño, otro exelemento de la Policía Federal. Los fiscales que llevan el caso de García Luna dicen que ambos individuos brindaron protección al Cártel de Sinaloa, que comandaron Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. El Departamento de Justicia dice que tanto Pequeño García como Cárdenas Palomino “aceptaron millones en sobornos para proteger al Cártel de Sinaloa”.

Sobre esto, tampoco ha hablado el expresidente Calderón.

García Luna era uno de los hombres más cercanos a Calderón. Foto: Guillermo Perea, Cuartoscuro.

EL ARTÍFICE DE LA GUERRA CONTRA EL NARCO

Genaro García Luna fue el encargado de diseñar y conducir la estrategia de Calderón Hinojosa supuestamente “contra los cárteles mexicanos”. Desde sus inicios empezó a subir los escaños en el poder debido a sus habilidades de manipulación para el espionaje y porque sabía cómo esparcir rumores, así como utilizar la información que obtenía para su beneficio, establece el periodista Francisco Cruz en su libro El señor de la muerte (Planeta).

Cruz encontró que la familia de García Luna salió huyendo de Michoacán en los años sesenta y por un año estuvieron escondidos en la misma casa en la que viven ahora. Oficialmente, el exfuncionario nació en la Ciudad de México en 1968, según refleja el acta de nacimiento, pero algunos testimonios sostienen que nació en Michoacán y fue registrado en la capital. A los 11 o 12 años, un grupo de exagentes del Servicio Secreto lo reclutó y lo hicieron “informante, oreja y/o madrina”. Él iba a las colonias e identificaba a víctimas que serían asaltadas.

“El Maldito” o “El Chango”, así le apodaban de pequeño cuando vivía en la colonia Romero Rubio de la Ciudad de México. Un hombre vengativo y “sin escrúpulos” para deshacerse de quien le estorbara, cuyos nexos con la delincuencia se remontan desde su adolescencia; tenía las manos manchadas y el “gerenciamiento del delito estaba en su naturaleza”, retratan tanto Cruz Jiménez, en su libro, como Olga Wornat, en Felipe, el oscuro (Planeta).

Estudió Ingeniería Mecánica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y se graduó como parte de la generación 1986-1993.

García Luna se encuentra preso en EU por narcotráfico. Foto: Tercero Díaz, Cuartoscuro.

Sus inicios en la administración pública federal se remontan al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) donde trabajó entre los años 1989 y 1998; ahí se desempeñó como investigador de la Subdirección de Asuntos Extranjeros, jefe del Departamento de Investigación Técnica de la Dirección de Servicios Técnicos, Secretario Técnico del Subcomité para la Prevención del Tráfico de Armas, Explosivos y Municiones; coordinador de la Unidad de Investigación de Terrorismo y subdirector de la Dirección de Protección, bajo las órdenes del Almirante Wilfrido Robledo Madrid, a quien señalan como el padrino y protector de García Luna.

El periodista Francisco Cruz expone que al estar en el Cisen, García Luna tuvo acceso a todas las fichas de criminales. “Tenía guerrilleros, líderes sociales, periodistas. Hizo una hermandad con Luis Cárdenas Palomino, buscado en Estados Unidos, con Ramón Pequeño. No es casualidad que tuviera acercamientos con el narco, ahí tenía los expedientes secretos”, relató el escritor a Alejandro Páez Varela y a Álvaro Delgado Gómez en una entrevista realizada en el programa “Los Periodistas”.

Entre los años 1998 a 2000 fue Coordinador General de Inteligencia para la Prevención de la extinta Policía Federal Preventiva. El 1 de septiembre de 2001, el entonces Presidente Vicente Fox anunció la creación de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y le confió la dirección de esa corporación a Genaro García Luna.

En el año 2001, el entonces Secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero, quien es hoy titular de la Fiscalía General de la República (FGR), denunció a García Luna por un presunto desvío de más de 42 millones de pesos cuando éste estaba en la PFP. La denuncia en su contra no prosperó.

En el año 2006, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa lo designó como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, que controlaba a la Policía Federal, corporación desde la cual se le acusa de haber protegido al crimen organizado, que en los hechos debía combatir como artífice de la guerra contra el narcotráfico lanzada por Felipe Calderón.

Cruz García y Morales Franco dijeron en ese entonces que la balacera se originó por presiones y amenazas entre distintos grupos policiacos que se disputan el control del tráfico de drogas en ese lugar; además sostuvieron que Cárdenas Palomino protegía las actividades del narcotráfico en la terminal aérea. Al describir las presiones a las que los sometieron los oficiales Josué Adán Matadamas y José Antonio Dighero, exjefe de la PF en la terminal aérea,  Cruz García relató: “Unas tres semanas antes de la balacera nos comenzaron a chingar; que debíamos hacer lo que ellos nos ordenaran; que no fuéramos pendejos; que lo íbamos a tener todo en charola de plata porque ellos eran los amos y señores en el aeropuerto y estaban bien parados con Luis Cárdenas Palomino; que cualquier pedo ellos lo arreglaban”.
Luis Cárdenas Palomino en una conferencia de prensa de agosto de 2012. Foto: Luis Carbayo, Cuartoscuro.

EL “SÚPER POLICÍA” DE CALDERÓN

Luis Cárdenas Palomino era considerado como la mano derecha de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública. Además, era visto por Calderón como un ‘policía modelo’. Hoy, se encuentra detenido por tortura y dentro del penal federal del Altiplano.

Cárdenas Palomino fue galardonado en dos ocasiones por el Presidente Calderón. La primera ocasión fue el 19 de agosto de 2009 cuando le entregó la Medalla al Valor. Dos años después, el 2 de junio de 2011, le daría la Medalla al Mérito Policial, en un evento con motivo del Día del Policía en el que pidió reivindicar “a los buenos policías” y convertir a esta profesión en “un verdadero sacerdocio cívico”.

Una década después, este “policía modelo” del calderonismo se encuentra preso. El delito que enfrenta se suma a los abusos e irregularidades que protagonizó en su paso por las corporaciones policiales —la Policía Federal y la la Agencia Federal de Investigaciones (AFI)— que ideó Genaro García Luna.

Licenciado en la Universidad del Valle en Derecho, Cárdenas Palomino fue director de Seguridad Regional de la Policía Federal y ocupó una lista de cargos en los que coincidió con García Luna.

Trabajó varios años, por ejemplo, en el entonces (Cisen y alrededor de una década en la Procuraduría General de la República (PGR), donde asumió importantes posiciones como el de director de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigación (AFI).

Con la llegada de Felipe Calderón a la presidencia de México en 2006 asumió varios puestos dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal. Entre ellos, el de Seguridad Regional o el de coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito. 

Cárdenas Palomino es identificado, además, como uno de los responsables de armar el montaje en el caso Florence Cassez e Israel Vallarta, a quienes se les señaló de ser parte de una banda de secuestradores, Los Zodiaco. Es por este caso que fue detenido. Él junto a otros 12 policías se les acusa de ordenar y participar en la tortura de cuatro personas. 

Ya en el Gobierno de Calderón se le imputa haber maquinado otro montaje en torno a una balacera en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Palomino responsabilizó y hasta acusó de traición a unos agentes que, después se supo, aclararon que todo el incidente se originó por presiones y amenazas entre distintos grupos policiacos que se disputan el control del tráfico de drogas en ese lugar; además sostuvieron que Cárdenas Palomino protegía las actividades del narcotráfico en la terminal aérea.

Dos meses después de lo ocurrido en el Aeropuerto, la Policía Federal de García Luna protagonizaría un escándalo más que Cárdenas Palomino trataría de explicar cuando el 24 de agosto elementos federales atacaron en la carretera México-Cuernavaca a dos agentes de la CIA del gobierno de Estados Unidos y a un integrante de la Marina.

Cárdenas Palomino al informar sobre una detención en Morelos. Foto: Saúl López, Cuartoscuro.
Cárdenas Palomino al informar sobre una detención en Morelos. Foto: Saúl López, Cuartoscuro.

Tras dejar la administración pública, Cárdenas Palomino se volvió empleado del multimillonario Ricardo Salinas Pliego, en enero de 2013, en la dirección de Adamantium Private Security Services, una filial del Grupo Salinas especializada en espionaje y seguridad privada

El pasado 30 de julio de 2020, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, exjefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal (PF), fueron acusados en una corte federal en Nueva York de tres cargos de conspirar para el tráfico de cocaína, en colaboración con el Cártel de Sinaloa.

Los fiscales, que también llevan el caso de García Luna, indicaron que ambos exfuncionarios brindaron protección al Cártel de Sinaloa, que comandaron Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo en ese entonces que tanto Cárdenas Palomino como Pequeño García “aceptaron millones en sobornos para proteger al Cártel de Sinaloa”.

Días después, el Gobierno mexicano congeló las cuentas de Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, según informó la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

Iván Reyes Arzate. Foto: Especial.

EL ENLACE CON LA DEA

Iván Reyes Arzate, apodado “La Reina”, fue durante mucho tiempo el enlace principal entre las agencias de inteligencia estadounidenses y mexicanas. Hoy es clave en el caso contra Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa.

La Justicia de EU señala que Arzate participó en noviembre de 2016 en una reunión con líderes del crimen organizado y compartió con ellos información de investigaciones de las autoridades de Estados Unidos a cambio de un pago de 290 mil dólares, monto por el que también acordó colaborar con el narcotráfico.

El mando policial formaba parte desde 2003 de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal, el área dedicada a combatir al crimen organizado en colaboración con los agentes de la DEA. Cinco años después, en 2008, ya en el Gobierno de Felipe Calderón fue promovido como el responsable del departamento, convirtiéndose así en uno de los hombres de máxima confianza de García Luna.

“Mientras Reyes dirigía la unidad especial de la Policía Federal mexicana y trabajaba conjuntamente con los agentes de la DEA, se estaba reuniendo también con los líderes de los carteles”, acusó el Departamento de Justicia.

Estaba previsto que Reyes Arzate, que fue comandante desde 2008 a 2016, fuera puesto en libertad y deportado a México el 27 de enero de 2020 tras cumplir una condena de 40 meses en Chicago por filtrar información confidencial a un cartel de droga mexicano. Sin embargo, días antes la Fiscalía de Nueva York le presentó más cargos, y su caso fue asignado al juez Brian Cogan, que presidió el juicio de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, al que condenó a cadena perpetua.

La Fiscalía federal vincula el caso de Reyes Arzate con el de García Luna, acusado de narcotráfico por este mismo tribunal de Nueva York. De acuerdo con la acusación, Reyes Arzate ocupó su cargo en la época en la que García Luna fue el secretario de Seguridad de México, entre 2006 y 2012, y ambos recibieron sobornos del crimen organizado.

Sin Embargo

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