La contaminación del aire en México ha sido vinculada con la muerte de aproximadamente 48 mil personas al año, y uno de los principales responsables es la gasolina adulterada, según afirmó Patricia Camacho Rodríguez, directora de proyectos de calidad del aire de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA). Durante su participación en el seminario “Seguridad y Calidad de los Combustibles”, Camacho Rodríguez destacó que el uso de vehículos es una de las mayores fuentes de emisiones contaminantes en el país, con un impacto particularmente notable en ciudades como la Ciudad de México.
En la capital, se registran 2.5 millones de vehículos locales, a los que se suman otros 3 millones provenientes de áreas cercanas, más 500 mil que llegan de otros estados como Morelos y el Estado de México. Este flujo vehicular contribuye significativamente a la emisión de partículas PM 2.5, que son partículas contaminantes diminutas y altamente peligrosas para la salud. Estas partículas pueden desencadenar enfermedades graves como cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Un estudio reciente mostró que el 53.6% de las ciudades en México no cumplen con la normativa de calidad del aire que regula la cantidad de PM 2.5 en la atmósfera. Estas partículas provienen, en gran medida, de los vehículos que usan gasolina adulterada, un problema que, según Walter Julián Ángel Jiménez, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ha empeorado en los últimos años. Actualmente, la CRE recibe alrededor de 10 denuncias diarias sobre gasolina de mala calidad que afecta el funcionamiento de los vehículos.
El 30% de las gasolinas en el país se estima que están adulteradas, y en lugares como la Ciudad de México, la cifra puede llegar al 70%. Según Ángel Jiménez, revertir esta situación requiere la colaboración de los propietarios de las estaciones de servicio. Sin embargo, Andrés Gutiérrez Torres, expresidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES), señaló que una de las razones detrás de la alta presencia de gasolina adulterada es la escasez de producto en las refinerías mexicanas, las cuales no logran satisfacer la demanda nacional.
A este problema se suma la disminución en la cantidad de permisos de importación de gasolina durante el último sexenio, lo que ha limitado la entrada de combustibles de mayor calidad. Gutiérrez Torres también mencionó que incluso Pemex no está exento de ofrecer gasolina adulterada, ya que, aunque el producto salga en buenas condiciones de las refinerías, puede ser alterado durante su transporte.
El problema es aún más amplio, con más de 22 mil autoconsumos ilegales de combustibles en México, a pesar de que solo existen 325 permisos regulados por la CRE.