El alto grado de concentración del ingreso en México genera una gran disparidad en el gasto que realizan los hogares, fenómeno que se acentúa en los rubros de alimentación, educación, esparcimiento y gasto financiero.
En el país el 10 por ciento de los hogares con mayor ingreso supera en 18 veces las percepciones de las familias más desfavorecidas. Si se considera sólo el ingreso monetario la brecha es de 24 veces.
Eso deriva en que la mitad del gasto de los hogares más pobres se destina a alimentos y bebidas, en contraste, el 10 por ciento de las familias con mayores percepciones, ubicadas en el decil X, sólo destinan a este rubro 22.5 por ciento.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH 2014), la educación y esparcimiento representa sólo 5.6 por ciento del gasto de los hogares en el decil I, contra 20.6 por ciento en los hogares del decil X.
HOGARES VULNERABLES
De igual modo el gasto financiero en el decil de menor ingreso como ahorro, tandas, pago de tarjetas, representa 11.3 por ciento, mientras que en las familias más ricas es casi una quinta parte de su gasto total, el 19.8 por ciento.
Al destinar la mitad de su presupuesto en alimentos, las familias de menor ingreso son más vulnerables al incremento en los precios de éstos, lo que repercute en su poder adquisitivo, indicaron analistas.
En el decil l la mayoría de los alimentos que se consumen son en fresco, en cambio, una familia de alto ingreso no realiza sus compras de alimentos en un mercado, ésta lo hace en tiendas de autoservicio y consume en mayor medida alimentos procesados como fruta en almíbar, salmón o quesos especiales, destacó Raymundo Tenorio, director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey.
En ese sentido, durante 2014 alimentos como el limón, ejote, nopal, jitomate, calabacita y papa describieron una inflación acumulada anual de 11.1, 9.4, 7.8, 6.1, 25.8 y 7.0 por ciento, respectivamente. Al tiempo que los precios de productos básicos como el pollo, el huevo, la carne de res y la de cerdo, exhibieron aumentos de 8.3, 4.0, 16.2 y 22.8 por ciento, correspondientemente.
Tenorio consideró este tipo de incremento en los precios alimentarios como la evidencia de que a las personas con más bajo nivel de ingreso les ha impactado de manera muy importante tanto la reforma fiscal como la inflación y puntualizó que la baja en este índice a lo largo de los últimos tres meses ha reflejado los descensos en los precios de electricidad, telefonía doméstica y celular, que son servicios que consumen en menores cantidades las familias pobres.
El comportamiento del gasto en los deciles ubicados en el extremo, señala que los gastos de las familias de alto ingreso se distribuyen un poco más en educación y esparcimiento, lo que quiere decir que tienen la posibilidad de acceder a una mejor educación.
OTRAS DIFERENCIAS
El reporte del INEGI indica que sólo 0.8 por ciento de los hogares más pobres realiza el pago de un auto para uso particular, que contrasta con el 7.7 por ciento de los más ricos.
Otra gran diferencia tiene que ver con el pago de vivienda propia, donde sólo 0.5 por ciento del decil I realiza este gasto, es decir, sólo uno de cada 200 hogares. En el decil X este gasto lo efectúa el 18.9 por ciento, casi uno de cada cinco.
También destaca el hecho de que sólo 1.3 por ciento de los hogares de menor ingreso realiza el pago de tarjeta de crédito, contra 40.6 por ciento de las familias del decil X.
En cuanto a vestido y calzado, en el primer decil erogaron 180 pesos al mes en promedio, que es el 4 por ciento de su ingreso, contra mil 500 pesos del decil más alto, que representó 5 por ciento de su gasto.