Groenlandia, un vasto territorio predominantemente helado, sueña con competir en torneos de fútbol oficiales. En mayo de este año, la pequeña federación local, la KAK, solicitó oficialmente su adhesión a la Concacaf, la Confederación de Fútbol de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, en lugar de unirse a la UEFA.
Actualmente, el fútbol en Groenlandia está en una situación precaria. Con una selección nacional compuesta por jugadores amateurs, el equipo depende de la buena voluntad de otros países para organizar partidos, ya que no es parte de ninguna federación continental. El entrenador de la selección, Morten Rutkjaer, destacó que Groenlandia es el único lugar en el mundo sin afiliación a una federación de fútbol regional.
A pesar de su geografía inhóspita y una población de solo 57,000 habitantes, el fútbol despierta gran pasión en la isla. En las calles, muchos niños juegan durante el verano, y los campos de fútbol de césped sintético son frecuentemente ocupados. Sin embargo, la falta de un estadio que cumpla con los estándares internacionales limita su capacidad de competir.
El secretario general de la KAK, Ungaaq Abelsen, propuso la compra de una cúpula inflable para proteger los campos de juego y permitir más actividad durante todo el año. La KAK espera que al unirse a la Concacaf, Groenlandia tenga la oportunidad de participar en torneos oficiales y mostrar su potencial futbolístico al mundo.
El capitán de la selección, Patrick Frederiksen, enfatizó que hasta ahora ha disputado solo diez partidos amistosos desde 2017, lo que subraya la necesidad de más oportunidades de juego. A pesar de que los jugadores son amateurs y tienen otros trabajos, como el de Frederiksen, que trabaja en una guardería, el deseo de representar a Groenlandia en el fútbol internacional sigue vivo.
Aunque la federación no espera jugar un partido oficial antes de 2026, la adhesión a la Concacaf podría facilitar más encuentros y un mejor desarrollo del deporte en la isla. Groenlandia busca un estatus internacional que refleje su identidad y orgullo, algo que para los jugadores y aficionados sería un sueño cumplido.
Los entrenadores y jóvenes de la comunidad también se sienten esperanzados sobre el futuro del fútbol en Groenlandia, destacando la importancia de fomentar el deporte entre la juventud y el apoyo de las autoridades locales para impulsar el entrenamiento.
