En el municipio de Berriozabal, a 22 kilómetros de Tuxtla, la capital de Chiapas, una niña de tres años murió calcinada en su hogar tras un ataque de un grupo armado. Este trágico incidente ocurrió a las 6:45 horas del 20 de septiembre, cuando los criminales llegaron a la vivienda, situada a unos 150 metros de la carretera federal 190, para secuestrar a su padre, José “N”, de 22 años.
La madre de la niña no se encontraba en casa, ya que estaba trabajando en un turno nocturno en un hospital de la región. Después de llevarse al padre, los agresores incendiaron la vivienda antes de huir.
Cuando los bomberos llegaron para extinguir el fuego, ya habían terminado sus labores cuando descubrieron los restos calcinados de la niña en una de las habitaciones. La Policía Municipal y Estatal también acudió al lugar, esperando la llegada de agentes del Ministerio Público y peritos de la Fiscalía de Distrito.
La Fiscalía General de Chiapas ha abierto una carpeta de investigación por los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio, y los restos de la niña han sido trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo).