Llevaba casi toda la semana lloviendo en Guadalajara y Tlaquepaque, aunque era imposible que aquello previniera a nadie de las gigantescas rocas de hielo de la madrugada del domingo 30 de junio. Solo dos horas tomó, y colonias enteras quedaron sepultadas por capas de hielo y nieve de metro a metro y medio de altura.
Salió el sol, y nada era como se le recordaba hace apenas 12 horas antes. Ni las calles, ni los parques, ni las casas. Las primeras colapsadas, las segundos sepultadas y ni hablar de cómo es que el hielo inundó los domicilios, cuya una de sus vías fue el sistema de alcantarillado con acceso privilegiado a los baños de las casas.
Así la lluvia en Guadalajara esta madrugada. La cantidad de agua combinada con el granizo, además de la fuerza con la que venía, hacían que saliera por cualquier lugar. Vean nada más:
— Fernando Canales F (@FerCanalesF) 30 de junio de 2019
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Toneladas y toneladas, aún sin cuantificar, inundaron las colonias Álamo Oriente, La Capacha y Río Blanco, sin que se contuviera solo a la capital de Jalisco. Tlaquepaque también padeció daños por lo que se tuvieron que cerrar avenidas y desviar tráfico.
En la misma noche las toneladas de granizo comenzaron a deshacerse para convertirse en ríos helados.
Que saben de esto que sucedió ayer por la tarde noche en Guadalajara, ¿están bien? #Granizada #Lluvia #hielo pic.twitter.com/x9rqobxEMS
— 🌷🇻🇪Dolce Pav 🇨🇴🌷 (@DolcePav) 30 de junio de 2019
El inicio del macro operativo se registró a primeras horas del domingo en Twitter, cuando el gobierno de Guadalajara en coordinación con protección civil local, el cuerpo de bomberos y gobierno de Tlaquepaque llegaron a las zonas más afectadas con remolcadoras para acarrear la mayor cantidad posible de hielo, aunque también hubo cuadrillas que entraron a casas para sacar con palas el hielo restante.
Personal de todas las dependencias municipales apoya en los trabajos de limpieza por el granizo que cayó esta madrugada en La Ciudad y que afectó algunas viviendas. pic.twitter.com/A2Xs2lSyEx
— Gob. de Guadalajara (@GuadalajaraGob) 30 de junio de 2019
Nuestros elementos operativos y de #UGM colaboran con ciudadanos y otras dependencias del @GuadalajaraGob para limpiar casas y reactivar la circulación donde hubo afectaciones por la tormenta registrada esta madrugada.
— Policía Guadalajara (@PoliciaGDL) 30 de junio de 2019
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@DelToroIsmael @ErikTapiaI @VictorSanoro pic.twitter.com/XXevmrSyGR
El macro operativo ha requerido de 750 personas en activo y 190 vehículos para despegar las calles.
Con corte a la noche del domingo, las afectaciones alcanzaban 215 viviendas, 20 vialidades, 50 autos dañados y aún resta por revisar 14 domicilios en Guadalajara. En Tlaquepaque se suman además 242 viviendas afectadas. De acuerdo con The Guardian también hubo dos casos con tempranos indicios de hipotermia aunque el Informador eleva la cifra a 10 por una declaración del presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro.
#VideosLaJornada
— La Jornada (@lajornadaonline) 30 de junio de 2019
Se acumula hielo por granizada en #Guadalajara y #Tlaquepaque
La lluvia con granizo cayó la madrugada de este domingo. @PCJalisco trabajan para retirar el hielo de las calles y evaluar los daños.
🗒️ Más información aquí ➝ https://t.co/jMpKjZ4agN pic.twitter.com/GwInsVkYce
¡Impresionante!#Granizada en #Guadalajara #Jalisco.
— Webcams de México (@webcamsdemexico) 30 de junio de 2019
Vía: @Trafico_ZMG.pic.twitter.com/DjQtYWs44r
El secreto está en el calor
Para el granizo, aunque suene paradójico, el calor es la clave. No es sino hasta que el calor entra en la ecuación que las nubes alcanzan la magnitud suficiente para llevar en ellas el intrincado y complejo proceso de formación de granizo.
El granizo requiere de nubes cumulonimbus, que son nubes verticales cuyo motor es, entre otros, columnas de aire cálido que debe ascender desde nivel del suelo. Entre más cálido sea el aire, más probabilidades hay de tener un gran cumulonimbus. Una cumulonimbus son nubes verticales, casi formadas a nivel de suelo, pero que pueden alcanzar gran altura. Su longitud vertical es clave: dentro se han formado columnas de agua condensada que suben y bajan una y otra vez, aumentando su masa y su peso.
Normalmente las gotas de agua permanecen en la nube, que entre más fría es, las gotas caen más rápido, siendo más pequeñas y estrechas. Si por el contrario una nube cumulonimbus se ha formado, el aire caliente provoca que el agua suba y baje en repetidas ocasiones a través de su gran longitud vertical, como de si tuberías se tratara. Entre más recorridos hagan, en más grandes se convierten.
El problema es que, si en la cima de la nube cumulonimbus hay una temperatura más baja a los -15 grados centígrados, las gotas que se han vuelto enormes por sus traslados terminarán por congelarse en uno de sus recorridos a la cima, solo para ya no poder ser contenidas por la nube al ser muy pesadas.
“y luego nos preguntamos si el cambio climático existe”
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco
Además de la gran cantidad de granizo que cayó, la BBC asegura que es probable que la primera capa se haya derretido al contacto con el suelo, formando una capa de agua sobre la que el resto de hielo pudo aterrizar y flotar. Así, agua hielo y granizo se habría convertido en una masa con poca movilidad. Entre menos movilidad, más hielo acumulado en la parte superior.
La mala noticia es que, por más extraordinaria que parezca la conjunción de todos los factores para que la histórica granizada ocurriera, no hay indicios de que no pueda volver a ocurrir. Por una parte la temporada de lluvias termina hasta el mes de noviembre y por otro año con año se registran nuevos récords de temperaturas altas en México.
Xataka