Si es usted de esos que disfruta diciendo que está “tecnológicamente agotado” o que tiene “estrés tecnológico” -y créanme que hay gente que va por la vida diciendo estas cosas-, le proponemos un plan purificador y conventual para el fin de semana: Hagamos un ayuno digital. Y aclaro que en este caso el plural es absolutamente mayestático.
Aunque los gurús de los mercados de las tendencias vaticinaron que 2011 sería el año del D-teching, una idea de desconexión que supuestamente se apoderaría de nosotros y nos haría cancelar el ADSL y volver a los teléfonos sin Internet, esto nunca ha pasado. Los gurús a veces se equivocan.
Vaya por delante que el concepto D-teching no nació con vocación fundamentalista. Por tanto no pretende demonizar la tecnología y no aboga por la purificación total, sólo propone un ayuno temporal que hipotéticamente frene la invasión de la tecnología en cada uno de los actos de nuestra vida.
La dieta digital
La historia que contaremos aquí es totalmente real. Su protagonista es Daniel Sieberg, ex reportero de Tecnología de CBS News y ex adicto confeso a Internet y a todos los gadgets que en el mundo han sido. Se sometió voluntariamente a un ayuno digital controlado por un corto período de tiempo, quizás un fin de semana o unos cinco días. Mucho más llevadero que el experimento extremo de Paul Miller que estuvo un año desconectado y cuya experiencia contábamos en este post.
Para reconocer si estamos siendo invadidos por la tecnología y necesitamos someternos a un retiro digital, Sieberg, que era una especie de cobaya a la que las marcas enviaban sus nuevos juguetes, propone que intentemos contestar de modo honesto estas preguntas:
- ¿Alguna vez ha experimentado la urgencia de sacar su teléfono mientras otra persona está teniendo una conversación importante con usted?
- ¿Ha sentido en alguna ocasión que algo no ha pasado realmente hasta que usted no lo ha publicado en su Facebook, Twitter, Instagram, etc.?
- ¿El parpadeo de la luz roja de su Blackberry (o la sucesión de notificaciones de Whatsapp) acelera sus pulsaciones?
- ¿Suele pasar tiempo en silencio con su pareja u otra persona querida porque cada uno está inmerso en su universo digital?
(Solo usted sabrá cuántas respuestas positivas merecen que usted se retire un fin de semana de Internet. Desde aquí no le vamos a hacer el trabajo sucio).
Sieberg debió responder a todo que sí porque concluyó que era “un obeso digital” y se puso a régimen. Luego contó su experiencia en el libro The Digital Diet, un libro publicado en 2011 donde transformó su dieta severa en un flexible y pragmático sistema de cuatro pasos que permite hacer retiros digitales a la carta, léase de fin de semana, de verano o de invierno. Y que a mi parecer sigue siendo el método más fácil de renunciar un par de días a Internet.
PASO 1 REPENSAR
Consiste en intentar determinar cuánto tiempo de tu vida pasas en Internet. Dice Daniel Sieberg que dedicar dos horas diarias a actualizar Facebook y Twitter, o a “esculpir la imagen on line” y, en general, a navegar por Internet sin motivos concretos no suena demasiado terrible. Sin embargo, a final del año la suma son de casi 30 días “perdidos en el éter”. “Y esto es sólo el coste cuantitativo, sin considerar lo que se ha sacrificado en términos de privacidad, identidad personal y horas de sueño”.
PASO 2 REINICIAR (Fase de desintoxicación)
Sieberg recomienda empezar la desintoxicación un fin de semana. Lo primero es alejar la tentación tecnológica, guardar todos los gadgets, incluido el teléfono, en una caja y quitarlos del campo visual. Lo segundo, es confiar a alguien lúcido las contraseñas de los perfiles de las redes sociales. La misión de esta persona será cambiar las contraseñas por unas nuevas y desconocidas para el practicante del retiro, que deberá grabar un mensaje en su teléfono disculpándose por no estar disponible en los próximos tres días. No serán necesarias más explicaciones. El email deberá ser revisado una vez al día (y se recomienda hacerlo en las horas de la noche). La finalidad es reducir al mínimo la presencia de la tecnología durante un fin de semana durante el cual se espera que la persona en cuestión lea (preferentemente páginas impresas de un libro, no desde una pantalla), practique algo de ejercicio físico o se entrene en la conversación cara a cara (en caso de que se hayan perdido la paciencia y algunas habilidades sociales).
PASO 3. RECONECTAR
Asegura su creador, que el propósito de este ayuno no es una cruzada contra los aparatos electrónicos o la presencia digital del implicado, sino recolocar la vida on line en el sitio adecuado. Una de las variables a controlar es la duración del día electrónico, entendiéndose por ello las horas que pasamos entregados al móvil o al ordenador. Durante la fase 2, de desintoxicación, las horas del día digital (e-day) deben ser mínimas, cercanas a cero. Pero el objetivo final es conseguir una presencia digital balanceada. En esta fase el e-day puede ir alárgandose pero deben quedar establecidos los límites de los nuevos hábitos digitales. Por ejemplo, aún cuando esté despierto, no responda un email a las dos de la madrugada. No duerma con sus gadgets en la habitación (intente despertarse con un reloj despertador como hace 15 años). De este modo, su día electrónico comenzará más tarde y no cuando abre los ojos y revisa el email como primer acto del día.Para Sieberg. La duración razonable de un día electrónico oscila entre 90 minutos y tres horas.
PASO 4. REACTIVAR
El ayuno habrá funcionado si el sujeto consigue renovar las relaciones personales abandonadas por la vida digital. “Este régimen debería ayudar a recuperar la cordura y el juicio en nuestra relación con la tecnología y las personas”, explica Sieberg que ha elaborado unas reglas digitales que deberán ser respetadas y repetidas como un mantra en esta fase del retiro. A saber:
. Vivo en el mundo real. Es bueno saber de amigos y familiares a través de las Redes Sociales pero no debe permitir que la pantalla sea nuestra única conexión.
. Tengo que elegir entre personas o aparatos.
. No tendré miedo a estar desconectado. Puedo retomar el Paso 2 (Fase de Desintoxicación) una vez al mes para recordar cómo era la vida antes de Internet.
. Confiaré en mis instintos. Si creo que estoy perdiendo mucho tiempo vagando por las redes sociales, jugando on line o mandando Whatsapps, seguramente será cierto.
. Eliminaré de mi conducta comportamientos groseros como plantar el móvil encima de la mesa durante una cena.
Asegura Daniel Sieberg que este es el ayuno digital menos radical posible, y que luego es posible retornar a la vida normal de las dos horas en Facebook sin grandes traumas.
Pero si usted se considera un verdadero yonqui de Internet, le sobra el dinero o simplemente está buscando un plan de amor y lujo y todo esto de la desconexión tecnológica es solo una excusa, sepa que hoteles como el Barceló Sancti Petri Spa Resort tiene un plan de “desintoxicación del mundo 2.0” para eliminar “el estrés tecnológico”. El ayuno dura siete días y el móvil y cualquier otro aparato tecnológico quedarán requisados en la recepción del hotel hasta el final de la terapia.
Otra cadena hotelera,The Marriot asegura que han detectado el deseo de sus clientes de someterse a una desintoxicación digital durante sus vacaciones y,de momento, han creado zonas libres de tecnología en sus hoteles.
Puedo prometer y prometo que nadie nos paga por hacer publicidad de un sitio ni de otro. Pero pienso que habrá entre nuestros lectores quienes prefieran desconectar desde un hotel de cinco estrellas, si se lo pueden permitir. El sufrimiento con lujo se lleva mejor. Dicen.
http://blogs.elpais.com/antiguru/2013/05/nos-vamos-de-retiro-digital-espiritual.html