Debido a los prejuicios de la década los setentas y persistentes en la actualidad, un hombre esperó hasta que su esposa muriera para ‘salir del clóset‘ como mujer trans.
Cherylin Hall, hoy de 57 años, admitió que “siempre” se sintió extraña en un cuerpo masculino, pues físico no expresaba lo que realmente sentía por dentro.
Explica que cuando era un hombre en plena adolescencia nadie le dijo que existían las mujeres trans así que vivió una mentira durante más de tres décadas.
“Cuando era joven, no había un nombre para personas como yo. Crecí vistiéndome y usando maquillaje, pero no había forma de que pudiera salir con un vestido y ser mi verdadero yo. Aún así, siempre me imaginé ser una mujer al crecer”, confesó.
Cherylin dice que con frecuencia responde cuestionamientos sobre cuándo se convirtió en mujer por primera vez, lo cierto es que siempre lo fue.
“Pero ¿cómo le explicas a la gente que realmente eres mujer? ¿Cómo puedo convencer a la gente de que soy genuinamente femenina por dentro?”, analiza.
Cuando su esposa murió logró liberarse y se armó de valor para salir a las calles
La mujer transgénero recordó que tenía 23 años cuando conoció a su futura esposa, de nombre Teresa, en un bar de la ciudad.
“Ella medía metro setenta y cinco, era rubia y siempre usaba tacones y un vestido. Es exactamente lo que deseaba y lo que quería ser. Creo que esa es una de las razones por las que me enamoré: quería ser ella”, reveló.
Tiempo después la pareja se casó. Al principio todo era felicidad, pero los problemas llegaron cuando Cherylin confesó a su esposa que le gustaba vestirse como mujer.
Sin embargo lograron resolver el tema, incluso vivieron una vida “normal”, sobre todo ante los demás.
Fue en 2016 cuando Teresa fue diagnosticada con cáncer de mama. Dos años después la enfermedad se extendió a los huesos y murió.
Cuando su esposa dejó este mundo, Hall, de entonces 54 años, logró liberarse de las ataduras y se reconoció como mujer transgénero.
A cuatro años de aquella decisión, la mujer fue diagnosticada con disforia de género y le recetaron hormonas para completar su transición.
Y ahora está a la espera de una cirugía de reasignación de género, algo que considera sumamente importante para sentirse plena en sus próximas relaciones.
“Estoy en el limbo porque estuve casada con una mujer hermosa durante 30 años. Me siento vulnerable cada vez que salgo. Siempre me he sentido incómoda con mi cuerpo, y ahora me siento incómoda porque no es el cuerpo para el que estaba destinado”, concluyó.
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