Un individuo causó conmoción al irrumpir en una iglesia durante una misa y comenzar a destrozar santos y vírgenes que se encontraban en el recinto.
Según testigos, el agresor ingresó al templo y, sin mediar palabra, comenzó a derribar y destrozar las estatuas religiosas, provocando pánico entre los feligreses que asistían a la ceremonia.
La situación generó un ambiente de temor entre los presentes, quienes optaron por resguardarse y documentar los actos del vándalo por precaución.
El individuo no mostró discriminación en su acto destructivo, afectando bancas, imágenes y otras esculturas religiosas antes de darse a la fuga. A pesar de que se alertó a las autoridades, el responsable logró escapar antes de que la policía llegara al lugar.