Carlos toma a su hija Sofía de cinco años, hace unos pases mágicos con sus herramientas: cepillo, ligas para el cabello y prendedores y en menos de 10 minutos, la niña sale contenta con un peinado que pareciera hecho por una estilista profesional.
“Siempre ha sido así”, dice Lucía, esposa de Carlos y mamá de Sofía. “La peina mejor que yo”. Lucía es mercadóloga y Carlos amo de casa.
De acuerdo con el censo poblacional de 2010, Lucía y Carlos no son los únicos que intercambian roles. La tendencia de los “amos de casa” se duplicó en los últimos 20 años, hasta llegar a 1.6 millones de hogares biparentales (los dos padres están presentes) y donde la jefa de familia es la mujer.
Aunque las mujeres en general siguen percibiendo en promedio 13.6% menos que los hombres, según la OCDE, también es cierto que 30% de las mujeres ganan más que sus parejas, de acuerdo con una encuesta del portalTrabajando.com. “Además, la mayoría de los casos ellas conservan su trabajo y se administran mejor en cuestiones de dinero”, dice Margarita Chico, directora general del portal.
Los hombres se dedican al hogar por alguna de las siguientes razones: por tener trabajos flexibles que pueden realizar desde su casa, pérdida de trabajo, porque su pareja gana más que ellos o por desear pasar más tiempo con los hijos, explicó Ana Paola Bravo, especialista de la consultoría en mercadotecnia De la Riva, la cual registró la “microtendencia” en México desde 2010.
“Los hombres están probando actividades que tradicionalmente son femeninos. La masculinidad se están reinventando”, dice Bravo.
Los “amos de casa”, ya sea por acuerdo de la pareja u orillados por el desempleo, son una tendencia global. Incluso en diferentes países están organizados, como en el caso de la Asociación de Hombres Amos de Casa, en Italia, o la Asociación de Amas de Casa y Consumidores, en España, o la Red Nacional de Papás en Casa, en Estados Unidos, que incluso celebran una gran reunión anual.
Víctimas de prejuicios
La cultura mexicana aún está lejos de estos países. «México sigue siendo un país patriarcal», dice Mauro Vargas, director de la organización Gendes, que estudia y busca equilibrar los roles de género.
Carlos padece el prejuicio social desde que tomó la decisión de dedicarse al hogar, aunque “a estas alturas ya me acostumbré”, confesó. En alguna ocasión, por ejemplo, cuando llevó a Sofía al baño de un centro comercial, una persona de intendencia le pidió desalojar el sanitario con la menor. Y es que todavía son muy pocos los baños públicos familiares (donde pueden entrar papás y mamás con sus hijos).
“Además, siempre se me quedaban viendo raro, cuando Sofía era bebé y lloraba, como diciendo ‘¿dónde está la mamá para que la venga a calmar?’. Como si los hombres no estuviéramos capacitados para cuidar a nuestros propios hijos”, comentó.
Pasaron siete años de los 10 que Carlos y Lucía llevan casados para “salir del clóset”, dijo Carlos en tono de broma. “Antes les decía a mis amigos y familiares que me dedicaba a vender celulares, ropa, de todo un poco, con tal de que no me vieran como un mantenido. Hoy ya no me importa. Así somos felices, Sofía está bien y es todo lo que necesito saber”.
Los amos de casa tienen un impacto positivo en la sociedad, explicó el director de la organización con perspectiva de género Gendes, Manuel Vargas, pues el intercambio de roles puede hacer que los hombres valores más las aportaciones de las mujeres, lo que a la larga fomentará relaciones más equitativas entre las parejas.
Pros y contras de ser un “amo de casa”
PROS | CONTRAS |
Presenciar el crecimiento de los niños | Reducción en la vida social |
Relacionar lazos más fuertes con los hijos | Poco tiempo para uno mismo |
La cantidad de tiempo que pasan con los hijos | Estrés y frustración |
Tiempo para
planear nuevos proyectos. |
Logros no reconocidos, aburrimiento, cansancio. |
Con información de: CNN