La lucha contra el robo de hidrocarburos en la sierra de Puebla se ha intensificado, y los huachicoleros están empleando cohetes para alertar sobre la presencia de las autoridades. La Secretaría de Marina Armada de México ha intensificado sus patrullajes a lo largo de los 311 kilómetros del poliducto Tuxpan-Azcapotzalco, de los cuales 179 kilómetros son vigilados por los marinos desde 2019.
El capitán de corbeta de la Base de Operaciones Catalina, antes de iniciar los operativos, advierte a su equipo sobre los signos que los huachicoleros dejan en la zona, como mangueras, tierra removida y olores inusuales. Desde que comenzó su vigilancia, la Secretaría de Marina ha descubierto e inhabilitado 605 tomas clandestinas.
Los efectivos navales, equipados y uniformados, realizan patrullajes disuasivos en las áreas rurales de Puebla, donde operan hasta 15 grupos delincuenciales que roban hidrocarburo que luego transportan en bidones y pipas. Debido a las difíciles condiciones del terreno, los marinos deben recorrer los campos a pie y utilizar drones y helicópteros para identificar a los delincuentes.
La estrategia de los huachicoleros incluye el uso de cohetes para advertir a sus asociados sobre la llegada de los patrullajes. “Cuando los delincuentes ven que el personal militar está patrullando, lanzan cohetes para alertar a sus cómplices. A menudo, los mismos residentes de la zona informan a los huachicoleros”, explicó un infante de marina.
A pesar de los esfuerzos, los resultados aún parecen insuficientes, ya que la cantidad de combustible asegurado en lo que va del año ha aumentado a más de 46 mil litros, en comparación con los 26 mil 620 litros del año pasado. La batalla contra el huachicol continúa siendo un desafío para las autoridades.