Las controversiales momias humanoides halladas en Perú el año pasado, presentadas por Jaime Maussan como posibles seres extraterrestres, han revelado huellas dactilares inusuales que no coinciden con las de los humanos.
El año pasado, Jaime Maussan sorprendió al mundo al mostrar en el Congreso de México lo que afirmó eran momias de origen extraterrestre encontradas en Perú. A pesar de que las primeras muestras fueron desacreditadas como muñecos artesanales y que surgió una disputa legal con las autoridades peruanas, Maussan persistió en sus afirmaciones. La NASA también cuestionó el origen de los cuerpos.
En marzo de este año, Maussan presentó nuevos especímenes y, con el apoyo de un equipo internacional de expertos, buscó validar sus hipótesis sobre la naturaleza no humana de estos cuerpos. Los recientes análisis han revelado algo inquietante: las huellas dactilares en las momias, conocidas como las “momias de Nazca”, muestran patrones rectos inusuales.
El ex fiscal de Colorado y actual abogado defensor, Joshua McDowell, examinó uno de estos cuerpos, llamado “María”, junto con tres médicos forenses de EE.UU. Los resultados mostraron huellas dactilares con líneas perfectamente rectas, algo que McDowell describió como “diferente” a cualquier patrón de huellas tradicionales que ha visto.
McDowell y su equipo, que viajaron a Perú en abril para investigar, sugieren que las huellas podrían estar relacionadas con la forma en que se conservó la piel. Sin embargo, advierte que es prematuro hacer conclusiones definitivas sobre el origen de las momias.
Mientras tanto, los “seres extraterrestres” de aproximadamente 1,20 metros de altura, con cabezas alargadas y manos de tres dedos, continúan siendo objeto de debate. Aunque Maussan insiste en que estos especímenes son extraterrestres, muchos científicos y funcionarios gubernamentales consideran que podrían ser un fraude.
El historiador latinoamericano Christopher Heaney sugiere que las momias podrían ser restos humanos de hace siglos, posiblemente deformados intencionalmente. Además, un equipo de investigadores mexicanos descubrió que el 30% del ADN de las momias no coincide con el ADN humano, sugiriendo la presencia de una “especie desconocida”.
A pesar de las controversias y los hallazgos, la verdadera naturaleza de estas momias sigue siendo un misterio sin resolver.
