La pandemia de coronavirus no ha terminado y lo recomendable es que para eventos masivos como la Procesión del Silencio, en caso de que no se dé marcha atrás al proceso de organización, se busque la manera de separar más las sillas de los espectadores.
Otra alternativa es tomar otras medidas restrictivas, tales como un cupo limitado en las vialidades, con el fin de evitar un flujo muy grande de gente y por lo tanto los riesgos, consideró Juan Jesús Priego Rivera, vocero del Arzobispado.
“Dadas las condiciones de que sigue habiendo fallecidos por la pandemia que no ha terminado, que incluye el hecho de que hay más de 450 contagios diarios todavía, se sabe que estos han bajado, pero las defunciones han subido”, dijo.
Agregó que respeta las decisiones que los organizadores tomen con respecto a la Procesión, pero “lo mejor sería esperarse un poquito más”.
Recordó que en 2023, la Procesión del Silencio cumplirá 70 años, y si por alguna causa no se hiciera en 2022, para el año 2023 sería una buena ocasión para retomarla, con todo su esplendor.
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