Una asombrosa escena marina fue capturada frente a la costa de Mossel Bay, Sudáfrica, cuando una orca, también conocida como ballena asesina, devoró a un tiburón blanco en un periodo de tan solo 2 minutos. Este fenómeno, documentado por un equipo de investigación internacional liderado por la doctora Alison Towner de la Universidad de Rhodes, marca un comportamiento sin precedentes en el que una orca ataca en solitario a uno de los depredadores más grandes del mundo.
Frente a la costa de Mossel Bay, Sudáfrica, un equipo de investigación internacional liderado por la doctora Alison Towner de la Universidad de Rhodes documentó un evento sin precedentes: una orca en solitario devorando a un tiburón blanco juvenil en tan solo 2 minutos. Este fascinante suceso ha revelado detalles asombrosos y un comportamiento alimentario especializado.
El incidente tuvo lugar en las aguas de Mossel Bay, conocidas por su rica diversidad marina. La orca consumió al tiburón blanco en un asombroso lapso de dos minutos, exhibiendo una eficacia sorprendente en su técnica de caza. El tiburón blanco involucrado era un ejemplar juvenil de aproximadamente 2.5 metros de longitud.
La orca mostró una clara preferencia por extraer y consumir el hígado del tiburón blanco. Este comportamiento alimentario especializado resalta la búsqueda de una fuente específica de nutrientes, especialmente lípidos. El hígado de los tiburones blancos es conocido por ser una reserva rica en lípidos, proporcionando una fuente concentrada de energía para las orcas. Aunque las orcas cazan diversas presas, este evento destaca la singularidad de su interés en los tiburones blancos, específicamente por la obtención de sus hígados.
Las orcas son conocidas por cazar en grupo, utilizando tácticas coordinadas para abordar presas más grandes. Este ataque en solitario representa un comportamiento menos común y subraya la destreza individual de la orca.
La habilidad de la orca para adaptarse y desarrollar estrategias de caza especializadas destaca su inteligencia y versatilidad como depredador marino.
Este extraordinario evento proporciona una visión única de la complejidad y diversidad de los comportamientos alimentarios de las orcas, subrayando su posición como depredadores superiores en el ecosistema marino.
