En la reciente audiencia pública sobre la implosión del submarino Titán, se revelaron detalles impactantes que sugieren negligencia en las operaciones de la empresa OceanGate. El trágico suceso ocurrió el 18 de junio de 2023, cuando los tripulantes, incluido el fundador y CEO Stockton Rush, perdieron comunicación con el personal en la superficie durante su inmersión en el Atlántico, cerca de los restos del Titanic.
Los testimonios de testigos han señalado que el casco del submarino, fabricado con fibra de carbono, no cumplía con los estándares de seguridad en varias de sus inmersiones, lo que plantea serias dudas sobre su operatividad. A pesar de fallas técnicas, la misión continuó adelante.
Uno de los aspectos más preocupantes expuestos en la audiencia fue la forma en que se monitoreaba la nave. Se utilizaba un archivo de Excel con anotaciones manuales para calcular la trayectoria del Titán. Cuando la tripulación dejó de comunicarse, toda esta información se perdió, lo que dificultó cualquier intento de localización del submarino.
Expertos han señalado que si el monitoreo se hubiera realizado mediante un sistema más efectivo, habría existido la posibilidad de localizar el submarino antes de su implosión. El Titán contaba con capacidad para mantener el oxígeno durante 96 horas, lo que podría haber permitido rescatar a los cinco pasajeros que perdieron la vida en esta tragedia.
