La crisis de incendios forestales en California continúa agravándose, dejando hasta ahora un saldo de 28 personas fallecidas y 15 mil edificios destruidos. En las últimas horas, nuevos focos en la zona sur de Los Ángeles han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares, mientras los bomberos aún luchan por contener los incendios que comenzaron hace más de dos semanas.
El Departamento de Protección contra Incendios de California reportó cinco “incidentes activos”, entre ellos el de Palisades, que ha consumido cerca de 10 mil hectáreas. Las autoridades alertan que las condiciones climáticas, con altas temperaturas y fuertes vientos, favorecen la propagación del fuego.
El martes, un nuevo frente en Hugues arrasó con más de 4 mil hectáreas y solo está contenido en un 14%. Para el miércoles, las llamas alcanzaron la zona de Sepulveda, donde equipos aéreos ya trabajan intensamente, según confirmó la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien pidió a los ciudadanos acatar las recomendaciones oficiales.
Crisis en medio de tensiones políticas
Además de la tragedia humanitaria, los incendios han desatado un enfrentamiento político entre el expresidente Donald Trump y el gobernador de California, Gavin Newsom. Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, amenazó con cortar las ayudas federales al estado si no modifica sus políticas de conservación hídrica, argumentando que estas limitan la disponibilidad de agua para combatir los incendios.
“No creo que deba darle nada a California hasta que fluya el agua”, afirmó Trump en una entrevista televisiva, aludiendo a una teoría que culpa a las medidas ambientales por una supuesta escasez de agua.
Mientras tanto, los californianos enfrentan una de las temporadas de incendios más devastadoras en su historia reciente, marcada por la pérdida de vidas y la destrucción de comunidades enteras.