En lo que va de 2024, las autoridades epidemiológicas han estudiado 1,893 casos sospechosos de dengue, de los cuales 500 han resultado positivos. Este incremento es significativo, ya que al cierre del año pasado se confirmaron 688 casos y en el primer semestre de este año ya se tiene medio millar de enfermos.
Según el Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue, hasta el 8 de julio, los municipios más afectados por el dengue en San Luis Potosí son San Antonio, con una tasa de 202.61 por cada 100 mil habitantes, y Tampacán, con una tasa de 145.89. El resto del estado, que incluye 54 municipios, tiene una incidencia menor con una tasa de 11.87.
La zona más afectada por el dengue es la Huasteca, tanto norte como sur, además de la capital potosina y el municipio de Charcas en el Altiplano. A pesar del alto índice de casos, la letalidad del dengue es baja y este año no ha habido víctimas mortales, en contraste con las cinco muertes registradas en 2023.
El dengue, una enfermedad febril transmitida por el mosquito Aedes aegypti, afecta a lactantes, niños y adultos. Sus síntomas pueden variar desde fiebre moderada hasta fiebre alta incapacitante, acompañada de dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y articular, y sarpullidos. No es transmisible de persona a persona y no existe una vacuna para combatirla.
Originalmente asociado a climas tropicales y subtropicales, el mosquito Aedes aegypti se ha adaptado a climas más fríos y secos, como el Altiplano potosino, incluso en temporadas de bajas temperaturas. Por esto, las autoridades sanitarias enfatizan la importancia de programas de descacharrización, especialmente durante la temporada de lluvias, para evitar la acumulación de agua y la creación de criaderos.
Las autoridades continúan recorriendo las calles fumigando casas, jardines y cocheras para eliminar posibles criaderos de mosquitos. Aunque la zona de éxito en el control del dengue es pequeña en comparación con la zona de alarma, aún no se ha alcanzado una situación de epidemia.