El 70 por ciento de los hospitales de Gaza tienen poca o nada de luz por la noche, lo que afecta gravemente los cuidados de los enfermos y sobre todo recién nacidos.
En el hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, las incubadoras solo funcionan gracias a paneles solares debido a la escasez de energía en la Franja de Gaza, casi cinco meses después del inicio de la guerra entre Israel y Hamás.
Este servicio puede dejar de funcionar en cualquier momento, dependiendo del tiempo”, explica Ahmad al Kahlut, jefe de la unidad de pediatría de este establecimiento del norte de Gaza, uno de los 12 hospitales de 36 que aún funcionan, parcialmente, en el territorio palestino.
Según este doctor, el servicio neonatal de Kamal Adwan, único hospital infantil del norte de Gaza, sufre una intensa presión por el colapso del sistema de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que realizó una visita este fin de semana al hospital, denunció “la falta de electricidad” que “representa una grave amenaza” para los pacientes del hospital, especialmente en “neonatología”.
La escasez de electricidad es un problema centrado en la actual crisis humanitaria en la Franja de Gaza, particularmente para los hospitales.
Israel, que decretó un “asedio total” del territorio tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, cortó el suministro de electricidad a Gaza, que desde entonces recurre a generadores alimentados con combustible, también escaso.
Según un estudio de imágenes satelitales, publicado el jueves por la oenegé Care, 70% de los hospitales de Gaza tienen “poca o nada de luz” por la noche, lo que “afecta gravemente” los cuidados.
“Cuestión de vida o muerte”
“La electricidad es una cuestión de vida o muerte en los hospitales”, afirmó Hiba Tibi, directora de la oenegé en Cisjordania y Gaza.
Oímos hablar de recién nacidos que mueren porque no hay electricidad para las incubadoras, de niños que dejan de respirar” por falta de asistencia respiratoria “o de madres que mueren en las mesas de operación porque las máquinas” de asistencia o reanimación “están apagadas”, añadió.
Al inicio del conflicto, la OMS indicó que se necesitaban 94.000 litros de combustible cada día para asegurar un servicio mínimo en los 12 principales hospitales del territorio.
Las primeras entregas de combustible autorizadas por las autoridades israelíes se realizaron el 18 de noviembre. Este fin de semana, la OMS entregó 9.500 litros a Kamal Adwan y otro centro.
Sin embargo, “las cantidades siguen siendo muy insuficientes”, señaló un informe de Amnistía Internacional a finales de febrero.
La guerra en la Franja de Gaza fue desencadenada el 7 de octubre, cuando los combatientes del movimiento islamista palestinos llevaron a cabo un sangriento ataque y mataron a unas 1.160 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva militar que ha dejado al menos 30.534 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el último balance del ministerio de Salud del territorio, gobernado por el movimiento islamista.
– Excelsior