Los nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos podrían impactar gravemente a la industria automotriz, elevando los costos de producción y encareciendo los vehículos para los consumidores, advirtieron líderes del sector.
Las medidas, anunciadas por el expresidente Donald Trump, imponen un impuesto del 25% a estos materiales a partir del 12 de marzo. Aunque buscan fortalecer la industria nacional, expertos aseguran que la escasez y el incremento en los costos podrían afectar a fabricantes como Ford, GM y Stellantis.
“El aumento en el precio de estos insumos clave inevitablemente se trasladará al costo final de los vehículos, que ya de por sí representan una inversión significativa para los compradores”, explicó Sam Fiorani, analista de AutoForecast Solutions.
El impacto de estas medidas también podría alterar las cadenas de suministro, ya que muchas empresas dependen de fuentes internacionales para estos materiales. Jim Farley, director general de Ford, señaló que aunque gran parte del acero utilizado por la compañía proviene de EE.UU., el nuevo impuesto ya está generando incertidumbre y costos adicionales en el mercado.
Además de afectar la producción automotriz, los aranceles se suman a otras políticas comerciales que han generado desafíos en la industria, como los cambios en las regulaciones de vehículos eléctricos y emisiones.
Analistas advierten que, si los fabricantes no pueden absorber el aumento en los costos, los consumidores enfrentarán precios más altos o las empresas verán reducidas sus ganancias. “No se pueden cambiar las cadenas de suministro ni las ubicaciones de producción de la noche a la mañana”, afirmó Glenn Stevens Jr., director ejecutivo de MichAuto.
Durante su mandato anterior, Trump impuso aranceles similares en 2018, lo que llevó a los fabricantes a replantear sus estrategias financieras. Ahora, con esta nueva medida, el sector automotriz podría volver a enfrentar un escenario complicado.