La infidelidad puede transformar una relación en algo complicado y doloroso. Existen múltiples factores que pueden llevar a una persona a engañar a su pareja sin querer poner fin a la relación. La terapeuta de parejas, Evelyne Dillenseger, compartió con GQ algunas explicaciones sobre este fenómeno.
El miedo a cómo reaccionará la pareja es una de las principales razones. Reconocer la infidelidad implica asumir la responsabilidad, lo que puede resultar aterrador. Muchos optan por el silencio y evitan confrontaciones, lo que les permite no abordar los problemas existentes que pueden haber contribuido al engaño.
Otra razón es la emoción que provoca lo prohibido. Para algunas personas, ser infiel se vuelve excitante, y dejar a su pareja podría hacer que esta experiencia pierda su atractivo. El comportamiento clandestino alimenta la adrenalina y la emoción, lo que les motiva a mantener ambas relaciones.
Asimismo, el conocimiento de que su aventura es temporal puede influir en su decisión de no dejar a su pareja. Muchos infieles son conscientes de que la relación extramarital no es duradera, lo que les lleva a permanecer en su relación principal mientras disfrutan de lo nuevo.
El amor hacia dos personas es otra complejidad en estas situaciones. Es posible que la persona engañadora se haya enamorado de alguien más pero todavía sienta amor por su pareja. Dillenseger explica que no siempre se trata solo de la intimidad física; los sentimientos también juegan un papel importante en la decisión de permanecer en ambas relaciones.
Finalmente, la comodidad también juega un papel clave. Dejar a una pareja con la que se ha compartido tanto tiempo implica salir de la zona de confort y enfrentar la posibilidad de soledad. Además, hay factores económicos a considerar; vivir en pareja puede resultar más asequible que hacerlo solo, lo que refuerza la decisión de permanecer en una relación a pesar de la infidelidad.