El gobierno japonés sufrió un revés en su esfuerzo por acelerar la reactivación de sus reactores nucleares cuando el regulador del país anuló el permiso para reiniciar el reactor número dos de Tsuruga, ubicado en la región centro-norte. Esta decisión es la primera de su tipo desde que Japón reforzó las normativas de seguridad nuclear luego del desastre de Fukushima en 2011.
La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (ARN) anunció que el reactor no cumplía con los estándares de seguridad requeridos, ya que la empresa operadora, Japan Atomic Power Co., no abordó correctamente los riesgos asociados con posibles fallas sísmicas debajo de la instalación. Este reactor es el primero en perder su certificación bajo los rigurosos estándares implementados tras la fusión nuclear en Fukushima, que resultó de un devastador terremoto y tsunami.
El presidente de la ARN, Shinsuke Yamanaka, explicó que la evaluación del reactor fue exhaustiva y detallada, concluyendo que las fallas activas cerca del sitio no permitían la reactivación del reactor. La empresa operadora de Tsuruga había esperado reiniciar este reactor tras desmantelar su otro reactor en la misma planta, pero ahora necesitará demostrar que puede manejar los riesgos estructurales para obtener la reactivación.
Este golpe llega en un momento delicado para Japón, que en 2022 adoptó un plan para maximizar el uso de energía nuclear, impulsando los reinicios de reactores para garantizar un suministro energético estable y cumplir su meta de neutralidad de carbono para 2050. Sin embargo, la reciente preocupación por la seguridad se intensificó tras un terremoto de magnitud 7.5 que golpeó la península de Noto en enero de 2024, afectando instalaciones nucleares cercanas y revelando deficiencias en los planes de evacuación.
La decisión del regulador subraya la importancia de no construir instalaciones nucleares en zonas con fallas activas, una norma estricta en Japón debido a su alta actividad sísmica. Aunque no se ordenó el desmantelamiento inmediato del reactor, el operador deberá solucionar los problemas identificados y presentar pruebas científicas sobre el estado de las fallas antes de solicitar un nuevo intento de reinicio.
El reactor número dos de Tsuruga, que comenzó a operar en 1987, ha estado desconectado desde 2011 y la empresa solicitó su reactivación en 2015. Sin embargo, los continuos problemas y encubrimientos de datos por parte del operador, según la ARN, han complicado su reapertura.