Para desayunar había que levantarse a las 3 de la mañana, a esa hora abrían el comedor; a veces ya no alcanzabas comida… a veces el sueño es más duro que el hambre.
–¿Y qué comían?
–Sopa, pura sopa tres veces al día… algunas veces le echaban huevos o frijoles. Una sopa que nos hacía daño al estómago de tantas moscas que tenía –en ese momento el hombre se echa un bulto a la espalda y comienza a caminar hacia el autobús que lo llevará de regreso a Ciudad Valles, en San Luis Potosí.
Durante 40 días trabajó sin contrato en el invernadero de tomate de la empresa Bioparques de Occidente, en el municipio de San Gabriel, y al igual que el resto de los hombres y mujeres que están a punto de abordar el autobús, mientras estuvo ahí no recibió completo su sueldo, no tuvo un lugar digno donde vivir, mal comió, fue maltratado y no logró ahorrar un centavo.
–No teníamos día de descanso porque si no trabajabas un día no comías, y como no podíamos salir, cuando juntabas un dinerito para mandarle a la familia los capataces se ofrecían a llevarlo al correo y hacer el giro, pero muchas veces no nos entregaban la clave del giro postal y era dinero que no llegaba –la fila se ha detenido y una funcionaria del DIF Jalisco les pide que esperen un momento, que está llegando la esposa del gobernador y quiere platicar con ellos antes de que se vayan.
–Mire lo que a mí me hizo el ácido –señala otro joven que rompe la fila para extender las manos agrietadas y con costras– nos hacían trabajar sin protección de nada, estaba lleno de alacranes y chinches y no había ni un médico para atendernos.
–¿Y si alguien se enfermaba?
–Te dejaban a tu suerte. Un compañero que tuve en el cuarto se enfermó mucho y cuando vieron que no podía ni trabajar lo subieron en una camioneta y lo fueron a dejar enfrente de una clínica de la Cruz Roja quién sabe dónde; él tuvo que entrar solo y luego regresarse cuando lo dieron de alta porque acá tenía a la familia.
Todos fueron “enganchados” en sus lugares de origen (Veracruz, San Luis Potosí o Hidalgo) por personas que les prometieron un salario diario mayor a 100 pesos, escuela para sus hijos, un lugar dónde vivir y comida; el “contrato” sería por 90 días y para probar que les cumplirían lo prometido, antes de partir a Jalisco les daban por adelantado 600 pesos para que le dejaran a la familia.
Luego luego llegando te dabas cuenta del desorden, de que no había higiene, dormíamos hasta 8 o 9 en cuartos de 4 por 4 y todos nuestros papeles se los quedaron ellos, ya se perdieron, porque nos pidieron acta de nacimiento y el IFE. Ellos sí hicieron dinero con nosotros. Si querías comprar algo tenían una tienda, y como no había nada cerca tenías que comprar ahí a lo que te lo dieran: el refresco costaba a 12 pesos, la leche a 20 pesos el litro, la lata de sardinas a 30 pesos y el bote de Nescafé a 60. Los niños de plano no tomaban leche, a pura agüita los traían… –señala el hombre que ha dejado el bulto en el suelo mientras observa a la esposa del gobernador, que se detiene a hablar con algunas mujeres.
–¿Tampoco había escuela para los niños?
–¡Hasta cree! Las mujeres se organizaban para ver quién cuidaba a los chamacos. Eso no es escuela. Uno sabe que esto no está bien, pero sin dinero para moverte nomás te quedaba esperar a que se acabaran los 90 días y te regresaran a tu casa.
Socialmente responsable
Bioparques de Occidente se estableció en 2002 en el municipio de San Gabriel y es considerada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público como un “caso de éxito” del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir), que participó con esta empresa “con capital de riesgo”.
En 2010, durante un evento de reforestación en los terrenos de la empresa, el gerente general de Bioparques de Occidente, Leopoldo Ariel López Castelo, definía a la empresa como “socialmente responsable” y preocupada por temas medioambientales; además, durante el evento se afirmó que la empresa se distingue “por la calidad en la atención que brinda al personal que llega de otros estados del país en busca de una oportunidad de trabajo” (http://tinyurl.com/mb6hu46).
–¿Cree que la empresa es responsable de lo que les pasó ahí?
–Pues yo no sé si la empresa sabía, porque a nosotros nos pagaba un contratista, Plácido García, se llama, y creo que anda prófugo. A los que sí agarraron fue a los tres capataces. Dicen que a él la empresa le daba 250 mil pesos para la comida de todos y darnos algunos préstamos, pero por lo que nos daba de comer, yo creo que no se gastaba ni 50 mil pesos a la semana. Una vez mataron un puerco delante de todos y creímos que entonces sí comeríamos carne, pero nada, sólo era para los encargados –señala uno de los pocos que no abordará el camión porque se ofreció a quedarse para dar su declaración ante la Fiscalía General del Estado.
Mientras dice eso, el último en la fila de los que se van saca de su bolsa un puño de papeles pequeños, son los recibos de pago: yo creo que la empresa sí es responsable, aquí dice su nombre… ni un solo día me llegó completo. A veces prefería no tomar la hora para comer y trabajaba hasta 12 horas para terminar las tareas y ni así me llegaba el día completo, porque dizque no había acabado.
Durante el cateo que realizó la Fiscalía General al lugar donde se alojaban los trabajadores se encontró que una persona poseía un kilo de mariguana para venderla a los jornaleros y se logró la captura de un ex policía de San Gabriel que presuntamente era quien conseguía la droga.
–¿Oiga, y los capataces cómo mantenían el orden? ¿Estaban armados? ¿Por qué no escapaban?
–Yo nunca les vi armas, pero te amenazaban con que si te ibas no te iban a pagar nada, y sin dinero no hay a dónde ir. Además también metían miedo, porque algunos contaban que a los que agarraban intentando irse los golpeaban y los obligaban a regresarse al trabajo. Ellos te decían que tenías un contrato y no te podías ir hasta que pasaran 90 días. Además no había cómo comunicarse, algunos traían celulares, pero no tenían saldo o no tenían señal… ahí de vez en cuando alguno le podía poner dinero y te dejaba llamar a la familia.
–¿Y ahora qué hará?
–No sé, allá no hay trabajo… pero para acá no vuelvo.
http://www.lajornadasanluis.com.mx/2013/06/14/pol7.php