El pasado 24 de febrero Vladimir Putin dio la orden a su Ejército de invadir Ucrania. Desde entonces, hay incontables víctimas mortales y personas lesionadas; de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) más de cuatro millones de ciudadanos han tenido que huir de su país debido a los ataques.
Anna Yakhno y su familia fueron parte de los ucranianos que emprendieron el éxodo cuando comenzó la ocupación militar rusa. La suegra de la joven de 25 años se quedó con su hijo Sasha, de cuatro, y junto con otra mujer trataron de escapar de las tropas del Kremlin el pasado 10 de marzo.
De acuerdo con The Mirror, el niño se estaba quedando con su abuela paterna, Zoya, cuando empezó la guerra. Entonces decidieron salir del país a bordo de unos botes a través del río Dniéper; sin embargo, uno de ellos volcó y los cuerpos de la abuela de Sasha y otra mujer que los acompañaba fueron hallados al día siguiente, pero del niño no había rastro.
Anna contó que debido a que estaban lejos, no pudo ir a reclamar el cadáver de su suegra, por lo que pidió a los lugareños que por favor la enterraran ahí. Y entonces fue que emprendió una incansable odisea para encontrar a su hijo y solicitó a las autoridades fronterizas que si veían a algún niño con las características de su hijo, por favor la notificaran.
Encontró sin vida a su hijito
A casi un mes de la imparable búsqueda de Sasha, Anna informó en sus redes sociales que ya encontró el cuerpo del pequeño de apenas cuatro años. La joven agradeció a todas las personas que la ayudaron a buscarle, así como a quienes elevaron una oración para ella y su familia.
“Gracias a ti, mi hijo se reencontró conmigo. ¡Sasha, nuestro angelito, ya está en el cielo! Hoy su alma ha encontrado la paz”, escribió Anna.
La joven mamá de 25 años contó que su hijo se había ido a quedar con su suegra y a los tres días comenzó la guerra. A pesar de que intentaron llegar a donde estaban Zoya y Sasha, la destrozada mamá dijo que no les fue posible debido a los bombardeos rusos. Entonces, aunado a ello, los suministros empezaron a escasear y durante tres días no hubo electricidad, por ello tomaron la decisión de huir en los botes.
Anna culpa a los rusos por la muerte de su hijo y su suegra. “Nada de esto habría sucedido si no fuera por la guerra. Fueron las tropas rusas quienes lo provocaron. Había ocho personas en el bote, pero el pequeño Sasha era el único que llevaba chaleco salvavidas”, afirmó, según The Mirror.
El Heraldo de México
