Un gran jurado del condado texano de Tarrant decidió hoy eximir de cargos criminales a un agente de la policía de Grapevine, un suburbio de Dallas, que disparó y mató a un inmigrante mexicano desarmado tras una persecución en febrero pasado.
Rubén García Villalpando, de 31 años, originario de Durango, murió el pasado 20 de febrero, cuando luego de la persecución, se bajó de su automóvil y aparentemente se acercaba desarmado a la patrulla del policía Robert William Clark, quien lo enfrentó disparándole dos balazos al pecho.
La exoneración del policía se da sin que las autoridades hayan hecho público el video del incidente captado por la cámara de la patrulla del policía.
El Departamento de Policía de Grapevine sostiene que el video muestra al agente Clark ordenándole a García Villalpando que se regrese a su automóvil antes de que se escuchen los dos balazos.
Sin embargo, una media docena de familiares del inmigrante y abogados de la familia, a los que se les ha permitido observar la grabación, aseguran que las imágenes muestran como Clark utilizó fuerza letal injustificada.
El Gran Jurado determinó que las pruebas contra el agente Clark eran insuficientes para incriminarlo y resolvió que el policía no deberá enfrentar cargos relacionados con la muerte de García Villalpando.
“Los miembros del Gran Jurado recibieron un acceso completo y abierto a todas las pruebas en este caso, incluidos videos de teléfonos celulares, el video tomado por la cámara del vehículo oficial de Clark, declaraciones de testigos, informes policiales y cualquier información adicional que solicitaron”, dijo Larry Moore, jefe de la División Criminal de la Oficina del Procurador del Condado de Tarrant.
“Ellos escucharon el testimonio de testigos que representan tanto el señor García Villalpando y al agente Clark”, indicó Moore.
También, dijo, los abogados que representan al oficial Clark y a la familia de García Villalpando tuvieron la oportunidad de dirigirse directamente al gran jurado.
El mes pasado, la Oficina del Médico Forense del condado de Tarrant, informó que los resultados de la autopsia practicada a García Villalpando muestran que se encontraba legalmente ebrio en los momentos en que el policía le disparó.
Domingo García, abogado que representa a la familia del inmigrante, dijo que los resultados de la autopsia “no cambian el hecho de que él se encontraba desarmado y tenía sus manos en el aire cuando se le disparó”.
El abogado aceptó los resultados de la autopsia y dijo que García Villalpando se encontraba intoxicado y por ello trató de no ser detenido por la policía, pero eso no lo sentenciaba a muerte.
“Uno no le dispara a un hombre desarmado con las manos en alto”, aseveró García. “Este fue un asesinato a sangre fría cometido por un hombre que portaba una placa y un uniforme”, afirmó.
Con información de: Milenio