Las imágenes captadas por testigos y difundidas en redes sociales muestran al joven temblando, con su cuerpo ennegrecido por las quemaduras
En Argentina, el robo de cables de alta tensión es una tendencia delictiva alarmante en medio de una crisis económica que ha visto un aumento en los llamados delitos de oportunidad. Este tipo de robo no solo representa un riesgo significativo para la infraestructura pública, sino que también ha resultado en consecuencias fatales o lesiones graves para los involucrados.
En en Santa Fe, un joven de 20 años sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo tras electrocutarse mientras intentaba sustraer cables en un pozo de la Empresa Provincial de la Energía (EPE).
El hecho, que se registró ayer cerca de las 19 horas en un tendido subterráneo en la avenida Presidente Perón, entre Garzón y Magallanes, destaca los peligros inherentes a este tipo de delitos. Las imágenes captadas por testigos y difundidas en redes sociales muestran al joven temblando, con su cuerpo ennegrecido por las quemaduras, en una lucha desesperada por mantenerse en pie mientras los vecinos intentaban brindarle ayuda, manteniendo siempre una distancia segura.
El joven fue finalmente asistido y trasladado al Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA), donde fue admitido en estado crítico. La subdirectora del HECA, Laura Taljame, confirmó a la prensa que el joven ingresó con quemaduras que afectaron al 90% de su cuerpo, encontrándose en terapia intensiva y requiriendo asistencia respiratoria para mantenerse con vida. Este grave incidente subraya la extremada peligrosidad de interferir con infraestructuras eléctricas.
Además del joven herido, la policía detuvo a otro sospechoso en la escena, identificado como el hermano mayor del paciente del HECA. La EPE respondió al incidente con un comunicado en X, reportando la vandalización de cables subterráneos y la hospitalización de las dos personas lesionadas, lo que pone de relieve las repercusiones sociales y económicas de estos delitos en la comunidad. Este caso se suma a un creciente número de incidentes similares, instando a una mayor conciencia sobre los riesgos asociados con el robo de cables de alta tensión.
OTROS CASOS
Un hombre encontró la muerte en Rosario tras intentar sustraer cables de alta tensión. El incidente, que culminó con la vida de este individuo, ocurrió en la zona sudoeste de la ciudad, específicamente en el barrio Alvear, donde fue hallado colgado de los cables, completamente quemado, por vecinos de la localidad temprano en la mañana. Esta fatalidad marca el tercer deceso en los últimos seis meses bajo circunstancias similares en la región, subrayando un patrón alarmante de intentos de robo de cables con desenlaces mortales.
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El hombre, de edad comprendida entre los 30 y 40 años, se había aventurado a escalar un poste del tendido eléctrico durante la madrugada, siendo descubierto por residentes locales alrededor de las seis de la mañana. Testimonios sugieren que los ruidos relacionados con el robo de cables se escucharon alrededor de la 1:30 a.m., señalando que este tipo de delitos es común en la zona. A su llegada, los servicios de emergencia confirmaron la muerte del individuo, quien presentaba quemaduras de alto grado, siendo luego trasladado al Instituto Médico Legal para los procedimientos de autopsia e identificación.
En otro incidente relacionado, pero distinto, el 17 de mayo de 2023 un hombre ingresó a robar en una subestación de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), quedando atrapado entre dos transformadores. Fue descubierto en estado crítico por un operario de una fábrica cercana, quien alertó a las autoridades. El ladrón fue trasladado de urgencia al hospital con quemaduras en casi todo su cuerpo, evidenciando la peligrosidad extrema de tales actos delictivos.
Un caso adicional reportó el 17 de octubre de 2023 a un joven de 29 años que, tras electrocutarse intentando sustraer cables de una casilla de la EPE en Granadero Baigorria, sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo, llevándolo a la muerte días después en el hospital. Este patrón de sucesos ilustra no solo la fatalidad que acompaña al robo de infraestructura eléctrica sino también el profundo impacto social y económico que estas acciones representan para la comunidad.
La muerte de estos individuos mientras cometían actos delictivos subraya un mensaje claro sobre los peligros inherentes al robo de cables de alta tensión. Estos incidentes no solo representan una pérdida de vidas sino también una seria advertencia para aquellos que consideran emprender tales riesgos, poniendo de manifiesto la necesidad urgente de abordar la inseguridad y el vandalismo en la región.
– Excelsior
