La Armada de Estados Unidos está reforzando su preparación para un potencial enfrentamiento con China, aplicando lecciones aprendidas en el mar Rojo y observando la resistencia de Ucrania en el mar Negro. Esta estrategia incluye la modernización de equipos, como drones y vehículos terrestres no tripulados, así como una expansión en el entrenamiento de sus fuerzas y una mejora en el proceso de reclutamiento.
La almirante Lisa Franchetti, jefa de operaciones navales, ha delineado un nuevo plan que establece siete metas clave para preparar a la Armada para el desafío de seguridad nacional que representa China. En una entrevista con The Associated Press, Franchetti destacó que el enfoque principal es el año 2027, cuando el presidente chino Xi Jinping ha indicado que sus fuerzas deben estar listas para una posible invasión de Taiwán.
El plan, que se hará público el miércoles, abarca desde la eliminación de retrasos en el mantenimiento de equipos hasta la mejora de la infraestructura y el uso de tecnologías avanzadas como drones y sistemas autónomos. Un objetivo destacado es asegurar que el 80% de la fuerza naval esté lista para el combate en todo momento, una meta que Franchetti reconoce como ambiciosa pero necesaria para una rápida respuesta en caso de conflicto.
El anuncio de estos objetivos llega en un momento en que Estados Unidos busca equilibrar su compromiso de defender a Taiwán con la necesidad de mantener abiertas las líneas de comunicación con Beijing para evitar una escalada mayor. Taiwán, una democracia que se separó de China en 1949, rechaza las demandas de Pekín de unificación, mientras que EE.UU. sigue comprometido bajo la ley nacional a proporcionar apoyo militar y tecnológico para disuadir cualquier intento de invasión por parte de China.