El brumoso incidente del federal a media riña
Una juerga mal dosificada la tiene cualquiera, joven o viejo.
Que la fiesta derive en una zacapela brutal con un agente federal herido con arma blanca, no debe ser tomado como una puntada de muchachos fuera de control, un asunto privado ni fuera del debate de lo público, por muy hijos de poderes X o Y que sean.
Se supone que anoche la Policía Ministerial trabajaba en la detención del agresor, no identificado todavía, del agente federal Marco Polo Piña, asignado a la seguridad de Sebastián Galindo, hijo del comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos.
Las versiones de los hechos no son precisas respecto del heridor, y la autoridad estatal corrió sin mucho éxito una pesada cortina en atención a la identidad de los protagonistas más conspicuos de este episodio, hijos del diputado federal Oscar Bautista Villegas, del alcalde de Rioverde Alejandro García y del jefe policiaco federal.
En distintas versiones publicadas en medios y perfiles de Rioverde, se supo que un festejo juvenil en un lugar llamado Las Alazanas, fue el escenario de un desencuentro entre los hijos de Bautista y García y el hijo de Galindo Ceballos. La situación se salió de control, el escolta de Sebastián Galindo intentó evitar que las agresiones físicas escalaran y recibió un piquete o corte en el cuello. Sebastián llevó al agente al hospital en Rioverde y luego fue trasladado a San Luis; anoche se le reportaba estable.
De la Ministerial trascendió la versión de un detenido como el heridor e incluso circuló una foto tomada de un perfil de Facebook; la especie fue desechada horas más tarde y luego se habló de un escolta del hijo de Bautista como presunto responsable, todo entre ambigüedades y volutas de humo.
Para el comisionado el tema es muy complicado, aunque al menos ayer no hubo una sola versión circulante que señalara a su hijo como alborotador ni como agresor. Desde luego, lo que mens quería era publicidad sobre el caso, punto imposible cuando un agente a su mando y bajo su responsabilidad resulta lesionado en semejante escandalera. El comisario está en el foco de la opinión nacional casi de manera permanente y ésta en su diversidad recorre todos los tonos, de los adulones meleros a los extremistas de la corrección política.
Que los hijos del comisionado de la Policía Federal traen escolta, este país no está para imaginar que sea de otro modo. El mes pasado, portadas de los diarios capitalinos llevaban la fotografía del presidente Enrique Peña Nieto entregando una bandera a los familiares de militares caídos el 1 de mayo en el Operativo Jalisco; en Estados Unidos, este tipo de fotos se publican sin reserva, es un honor que no se escamotea a los familiares dolientes, pero en México se difumina el rostro de quien recibe el lábaro por las consecuencias ya conocidas. Lo que suena novedoso es que el hijo de un diputado federal de entre los 500 lleve “escolta”, “madrina” o lo que sea el cargo del supuesto heridor del policía.
Después de los hechos, agentes federales llegaron al lugar y luego el hospital rioverdense estaba discretamente vigilado. Ni pensar en qué hubiera pasado si algún agente hubiera perdido la cabeza a media gresca de escuincles. Por lo que a San Luis toca, este lío no es el único en donde policías llevan la peor parte en juergas de cachorros de la política a quienes no se les puede decir nada.
La madrugada del 20 de marzo pasado, Óscar Ignacio Bautista, otra vez el hijo del diputado federal, fue detenido con otros cuatro amigos por insultos, agresión física e intento de soborno a agentes estatales que lo persiguieron porque huyó cuando le marcaban el alto en el bulevar Rocha Cordero, pues no traía encendido un faro. Cuando lo alcanzaron, según la tarjeta informativa de la propia Policía, en avenida Chapultepec, se puso violento, les dijo de todo a los agentes y golpeó a uno de ellos.
El reporte asienta que al lugar llegó una joven que se identificó como hermana de Óscar Ignacio, e incluso intentó calmarlo y desde ahí le llamó al diputado.
Ya con refuerzos, los policías subieron al hijo del legislador y amigos que le acompañaban a una patrulla y llamaron a la grúa. El joven les ofreció diez mil pesos a los agentes para evitar el arresto y otros diez mil a los gruyeros para que no se llevaran su vehículo; se los rechazaron.
Llamó a su padre de nuevo y le dijo que lo iban a subir en la caja de una patrulla y que “tenía mucho frío”. Los cinco jóvenes fueron ingresados a las celdas de la Policía Estatal, a cuatro de ellos por faltas administrativas y a Bautista junior para su consignación ante el Ministerio Público por ultrajes a la autoridad y el usual “lo que resulte”. Le hicieron el antialcohol.
Por la mañana, llegó el diputado federal a la sede de la Policía Estatal. Con el apoyo de funcionarios de Gobierno, ahí mismo “olvidaron” los cargos de agresión y ultrajes a policías y el muchacho salió libre con sólo una infracción por cinco faltas viales, entre ellas no traer un faro y conducir a exceso de velocidad; los acompañantes también quedaron libres.
¿Y los policías? Bueno, hubo castigos a agentes por el reporte y el desquite contra ellos de un iracundo José Luis Urban Ocampo porque prensa se enteró Esa es la impecable idea que este gobierno tiene de su obligación de aplicar la ley sin distingos. Por eso la seguridad va tan bien.
Pero no se piense que es sólo una temporada inquieta del muchacho. Entre las que se han hecho públicas, en febrero de 2013, en un antro rioverdense llamado La Malquerida, los “escoltas” del joven lo sacaron para evitar que un zafarrancho se volviera un asunto con saldos lamentables. Y de nuevo el manto de impunidad.
En aras de la seguridad, la autoridad estatal ha montado un operativo de prevención que recorre las calles los fines de semana, una versión actual del “Convoy” de los tiempos de Jonguitud, y la policía carga con caguameros de banqueta, vándalos, adictos a los solventes, conductores en falta, juerguistas escandalosos y vagos sin oficio. Después envía un parte puntual con el número de detenidos y sus presuntas faltas. De los hechos en Rioverde, aunque los hervores del caso hayan desbordado la olla, parece que no tendremos derecho a saber, así sea que paguemos el sueldo del agente agredido y los servicios médicos que requirió.
El rasero de nuestra autoridad se vuelve muy indulgente cuando de los Hijos-De-Algo se trata. Si algún día agravian a un ciudadano en sus correrías, ya se sabe qué puede esperar la víctima y no es justicia, menos un dictamen transparente. Y de esos episodios de impunidad ya está cansado este país.
ROLLOS SUELTOS
DATA LUCTUOSA. El 7 de junio pasado se cumplieron dos años del accidente que costó la vida al empresario y político guanajuatense Juan Ignacio Torres Landa y otras cuatro personas, en terrenos del Club de Golf La Loma. La Dirección General de Aeronáutica Civil todavía no acaba de investigar las causas ni ha establecido oficialmente el porqué.
NO SABEN. En la web de la SCT puede uno encontrar el dictamen completo del avionazo donde murió “La diva de la banda”, Jenny Rivera, pero del helicopterazo en San Luis sólo aparece un renglón en una lista de Excel donde se anota “falla de motor” como causa.
QUE NO LES CUESTA. Se pidió a la SCT que desglosara los gastos realizados en recursos humanos y materiales para indagar este accidente hasta el 30 de abril de 2015. Aeronáutica contestó que no tiene datos de los gastos porque corren por cuenta del concesionario o permisionario y, en el caso del servicio de transporte aéreo privado no comercial, del propietario o poseedor de la aeronave accidentada.
NUNCA SABRÁN. La dependencia confirma también que “no se ha generado el dictamen correspondiente sobre el accidente en mención”. Ya se pueden imaginar lo que cabría esperar el día que se nos desaparezca o desplome un avión, la investigación va a tardarse lo que tenga a bien el concesionario o permisionario de la aerolínea.
PERITOS TRABAJANDO. Aeronáutica reporta que hay seis peritos dictaminadores a cargo del caso y tres instituciones, el Colegio de Ingenieros Mexicanos en Aeronáutica AC., el Colegio de Pilotos Aviadores de México, AC., Helicopters Bell ( fabricante/especialistas). El problema es que parece que no han avanzado mucho en… dos años.
RUEGUE POR… Que no haya una caso como el de Germanwings y su piloto suicida en los Alpes, o peor aún, como el de los aviones desaparecidos, porque vamos a estar para la vergüenza mundial.
FUTURISMO DESATADO. Mal confirmaron que es definitivo el resultado oficial de la elección a gobernador, y ya empezaron los jaloneos entre los aspirantes a integrar el próximo gobierno estatal. El gran reto es la secretaría general, que vistos el perfil contundente de quien encabezará el Ayuntamiento de la capital, así como de la próxima legislatura local, no está el cargo para almas de Dios ni ositos de felpa.
¿GOBIERNO POLIVOZ? Y la vocería es el otro espacio muy disputado, más en los acomodos que en la titularidad: demasiado aspirante a “trabajar” ahí, que se sumará al ejército de comunicadores, redactores de boletines, armadores de síntesis, correveydiles y operadores que ya tiene Comunicación Social, muchos sindicalizados, inamovibles y no muy dinámicos.
Fuente: Pulso.