La Cábala – Los Beverly de Vallejo

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Los diputados federales potosinos de la saliente legislatura se retiran con más de un millón de pesos en conceptos marchosos. Los locales no se quedarán atrás. No se destacaron por su trabajo legislativo, pero sí por su creatividad para pretextar el cobro de beneficios exorbitantes.

Si algo nunca ha asomado las narices en esta saliente LX Legislatura ha sido el debate parlamentario. No hubo de dónde sacar nivel, es la primera razón.

Temas no faltaron, con un Ejecutivo que los mangoneó como quiso al grado de sacar un año la maquinaria más pesada y burda para aprobar la tenencia, y al siguiente, con los mismos diputados, echarla abajo para desinflamar el descontento en año electoral

No faltaron motivos para que los diputados ofrecieran al menos una pátina de sus facultades de representación popular, pero no lo hicieron. Sobraron, en cambio, el dinero y la prebenda para todos. Ha sido esta una legislatura silenciosa tanto como cochupera, inútil para quienes la eligieron y en los mismos niveles de avidez por poner la curul de saldo cuanto fuera necesario a cambio de ventajas materiales, para sí, para sus familiares y para amigos recomendados.

Con trabajos la mayoría de sus integrantes, propietarios y suplentes, son capaces de leer “de corridito” sus argumentos cuando suben a tribuna a “defender”, pero sorprende su afilada habilidad para la legislación creativa con fines de lucro. Gracias a eso, se irán de la curul con un “fondo de ahorro”, aguinaldo proporcional, vacaciones y otros beneficios que rebasarán en suma el millón de pesos.

Es posible hacer la suma de conceptos con los datos que el propio Congreso está obligado a hacer públicos en su portal, como los tabuladores, salidas de cheques, prestaciones y actas de acuerdo de la Junta de Coordinación Política, ese lugar de toma y daca entre coordinadores de fracción.

No hay un solo diputado, ni uno solo, que renuncie a esa derrama de efectivo con la que se duchan en el cargo. Y que si lo anuncia, lo pruebe de manera satisfactoria, como les demanda el Consejo Ciudadano de Transparencia del Poder Legislativo. Son buenos para hacerse de la boca chiquita con el cuento de la austeridad y la vigilancia a la correcta aplicación de los recursos públicos.

El último tabulador de sueldos de la pasada legislatura, la LIX, asegura que los diputados locales no se acrecentaron el sueldo, de $95,257 desde marzo de 2012.

En prestaciones, los diputados locales se anotan los 90 días de aguinaldo de la burocracia estatal, que a razón de $3.166 diarios de dieta o “salario” hacen $285 mil. Les pagan 10 días de salario como prima vacacional cada seis meses, es decir, $31,660 semestrales. Como los pobrecitos no van a andar en camión, les pagan $7,350 de gasolina al mes; algunos usan todos sus vales con sus familiares y otros reparten entre sus colaboradores, pero no se sabe de uno que los rechace.

Además del seguro médico de gastos mayores que el erario les paga, cuyo costo, cobertura y prima se desconoce, disponen de 36 mil 237 pesos para gastos médicos menores, es decir, básicamente consultas.

La parte creativa de las prestaciones viene con el llamado “Fondo de Ahorro” del 13% de su dieta, unos $12,350, a partir de su paga declarada. Los fondos de ahorro en algunas empresas son una prestación interesante con el aporte del patrón, la misma cantidad que el trabajador. En el caso de los diputados, por cada $12,350 que ellos “ahorran”, el erario, es decir, nosotros, les ponemos otro tanto: el “ahorro” mensual de cada uno de ellos serán $24,700, una bolsa nada despreciable de $296,400 por año.

Por si dieta y beneficios no fueran suficientes para marear al más sensato, viene la parte que más indignación genera entre los ciudadanos, por cuanto es un vulgar y eficaz reparto taponeador de críticas internas. El común de nuestros legisladores, lo mismo monótonos, rayados, bicolores o jaspeados, es “Tomen todos”… y “Callemos todos”.

Y ahí súmenle el bono “de gestoría”, $20,132 que el diputado se lo gasta como quiera, o se lo embolsa y ya. Otros $20,132 de “bono legislativo” a todas las fracciones, para sus gastos por trabajo legislativo, como café y galletas, los que por supuesto ni compran. Corona el cochupo generalizado que iguala a todas las fuerzas políticas en avidez por los centavos y silencio comprado: $38 mil 346 de “apoyo a la fracción parlamentaria”. Esos tres “cañonazos” son mensuales y se entregan con puntualidad.

Con todo esto, menos se entiende que todavía manoteen alegremente en el cajón de los dineros públicos y se gasten, sin la debida comprobación, 19 millones de pesos en dádivas que no pocos disque “beneficiarios” nunca recibieron, como constató el Consejo Ciudadano de Transparencia. Por toda respuesta, sonsa y casposa, el Congreso se dice víctima de un complot y atribuye una disparatada madeja de aviesos fines a un abogado que los criticó.

Pues así como se hizo público lo que nuestros diputados federales se van a llevar “de marcha”, más de un milloncito de pesos, pues los locales no se quedan para nada atrás, por el contrario.

De puro fondito de ahorro de los tres años, sin contar intereses generados en una muy buena cuenta de inversión porque no los iban a tener bajo el colchón, súmenle $889,200 pesos. Su aguinaldo proporcional a la primera quincena de septiembre, $189,960. De la segunda prima vacacional les tocan cinco días porque son sólo tres meses: $15,830. Y los bonos “de gestoría”, “de apoyo legislativo” y “de apoyo a la fracción parlamentaria” que se entregan el día 1 de cada mes; más la gasolina y la primera quincena de septiembre.

Con ese tren de reparto de beneficios, se entiende que no haya vigilancia de los abusos del Ejecutivo, críticas, disidencias ni siquiera argumentos medianamente inteligentes en contra del Ejecutivo o su fracción. Apenas chismes, ataques carroñeros y las invectivas floridas de doña Rosa Huerta, siempre echando por delante al ingrato o ingrata, desagradecido o desagradecida, porque “tanto que piden y salen con sus m…”. Claro doña Rosa, como si la maiceada general que le tocó ejecutar la pusiera usted de su bolsa.

Se entiende entonces que para matar el tiempo esta legislatura se entretuviera en temarios fallidos, gruesas volutas de humo que se disuelven sin dejar nada concreto. Meses jaloneando una polémica desgastante con el matrimonio igualitario, para dejarlo a la siguiente legislatura porque les dio el pávido, ya no supieron manejarlo con inteligencia y se les acabó el tiempo.

Se entiende que muy pocos lamenten la pérdida de plurinominales para los partidos del Trabajo, Morena y Movimiento Ciudadano: dan igual, esos partidos no han demostrado de manera concreta que tengan una posición ajena a la voracidad por el recurso público, no se diferencian de los grandotes ya conocidos con todas sus mañas. Se entiende más que en general las plurinominales generen tanto rechazo.

Los perfiles de la siguiente legislatura no hacen albergar esperanza de algo muy diferente a la que sale, si bien ésta ha sido, además de centavera, singularmente pedestre. A ver si por lo menos unos grados más de instrucción formal elevan algo el listón.

Ya si salen igual de codiciosos, fatuos y genuflexos, por lo menos que lean “de corridito”.


ROLLOS SUELTOS

A PRESIONAR. Se acorta el tiempo para el cambio de administración estatal y pasado el veraneo, viene la fase de tirones y empujones por los considerados “puestos clave” del gabinete: Seguridad, Gobierno y Procuraduría. Las listas de “posibles” se alargan y acortan según el estado de ánimo, pero lo que más mete incertidumbre es que muchos esperanzados no ven una señal ni chiquita.

PALOMEADOS. En cambio, para otros cargos, ya hay algunos con sonrisa de gato de Cheshire. No dicen pero ya saben. Se han quedado tan en estado de gracia que puede desaparecer su humanidad completa, pero la sonrisa no.

¿MADE IN DF?  Para los que no han apagado la vela: que si los cita el Güero en el DF, ahí la llevan. El punto es que anda tejiendo gestiones y le son más cautas las reuniones allá.

PAGOS DE SALIVA. El tesorero municipal capitalino se la va a llevar hasta el cambio de administración prometiendo pagos a todos los acreedores, que son muchos. Los Bomberos ya anuncian formalmente hoy al público que cierran la estación de Lomas porque el Ayuntamiento les debe y eso les ha creado un desajuste, aunque anoche la Alcaldía emitió el enésimo boletín en el que José Bolaños Guangorena promete pagarles… algún día.

QUEDA IGUAL. Por lo visto la “solución” de mandar los adeudos a Adefas para que se paguen en 2016 no fue suficiente “solución” para los compromisos del saliente ayuntamiento, porque trae a acreedores verdaderamente desesperados por cobrar lo que les deben.

ALLÁ ELLOS. Y cómo no van a andar desesperados los acreedores del Ayuntamiento, si el alcalde electo Ricardo Gallardo Juárez ya atendió a varios de ellos y les recomendó que cobren sus adeudos a la presente administración.

Fuente: Pulso.

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