A LO QUE TE TRUJE
Por Chencha.
La verdadera independencia que debemos de defender a gritos hoy en México es la que nos forjamos los ciudadanos al lograr conquistas tan importantes como la creación de los organismos que pudieran (en su momento) garantizar la exigencia social inamovible de que los tenedores del poder público rindan cuentas y ofrezcan de forma clara los métodos con los que gobiernan y ejercen los recursos que son de todos.
Esas instituciones que hoy a nivel nacional y local quieren destruir los reyes de la opacidad, los simuladores de la transparencia, los impunes de memoria selectiva.
Y que se ponga el sombrero al que le quede…
La CEGAIP que inició su vida hace casi 20 años y que pudo tener en su existencia momentos de lucidez y un verdadero compromiso ha sido disminuida a una oficina bromosa, sin luz, ni brillo, sin peso específico, supeditado a la burocracia forzada, al acompañamiento retozón y a la agachona postura de quien tiene que rogar para llegar al a quincena.
Aquí enumeramos las cosas que la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública ha dejado de hacer en los términos actuales, bastante vergonzosos en su manejo interno y proyección, vinculación social y en un oscura, casi tenebrosa gestión pública.
Fortalecimiento institucional:
La anodina administración de la Comisión, el bajo perfil de sus comisionados ha eliminado sus facultades y el verdadero impulso (gestionar, inclusive cabildear políticamente en el Congreso, en el ejecutivo y en instancias federales e internacionales) a un financiamiento digno para investigar y perseguir los casos de corrupción.
Garantizar que la CEGAIP sea un ente realmente independiente, esté libre de interferencias políticas y tenga autoridad para exigir responsabilidades a los funcionarios públicos es un sueño guajiro en el Valle del Tangamanga.
Acceso a la información:
¿La ciudadanía de nueva generación conoce sus derechos y las obligaciones que tienen quienes nos gobiernan?
¿Sabemos cómo las y los comisionados de la CEGAIP han promovido y aplicado leyes que garanticen a los ciudadanos el acceso a la información gubernamental?
La realidad es tremenda, fuera de algunos medios responsables como Astrolabio y Antena San Luis, y contados ciudadanos involucrados en la expurgación pública, la Ley Estatal de Transparencia y Acceso a la Información Pública es letra muerta o desconocida de las mayorías.
Protección de los denunciantes:
Si han hecho de la omisión una bandera al incentivar la exigencia de transparencia en la sociedad mucho menos han podido impulsar la Implementación de leyes sólidas de protección de denunciantes que alienten a las personas a denunciar la corrupción y las irregularidades sin temor a represalias.
Establecer un organismo o mecanismo específico para gestionar las denuncias de los denunciantes y proteger su identidad es otra de sus tareas perdidas.
Transparencia en la contratación pública:
En los tiempos de las mega obras sin nota de remisión sería lógico que propulsaran el aumento a la transparencia en los procesos de contratación pública, garantizando que los contratos y las licitaciones sean accesibles al público.
Llevar a cabo una estricta supervisión y auditoría de la contratación pública para detectar y prevenir la corrupción sería ideal, lo que sucede es prácticamente una mustia y silenciosa complicidad.
¿Dónde está la evaluación periódica, contundente y pública de la eficacia en las medidas anticorrupción y la consecuente realización de los ajustes necesarios en función de los resultados?
La transparencia y la rendición de cuentas requieren esfuerzos sostenidos y un enfoque múltiple en el que participen el gobierno, la sociedad civil y los potenciales socios internacionales.
Construir una cultura de integridad pública y rendición de cuentas lleva tiempo, pero es importantísimo señalar el gravísimo estado en el que se encuentra la CEGAIP y sus ocupantes; su reconstrucción, la renovación de su espíritu y la atención de toda la sociedad para impulsarla en otros términos es esencial para el desarrollo a largo plazo de San Luis Potosí y el verdadero bienestar de sus ciudadanos.
