
“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre acabarás formando parte de ella”
Joan Báez
La corrupción puede clasificarse de muchas maneras, en niveles macro, medio e individual; y su concepto básico es el que involucra a dos actores, siendo uno de ellos el que viola la regla ética de acuerdo con los deseos del otro ya sea con influencia, recursos, o abusos para fines privados.
Este tema permanece en el ojo público al menos en las últimas tres décadas, sin que exista algún avance para combatirla. El esfuerzo más significativo que se ha hecho es medirla para tratar de analizar sus causas y efectos sobre la economía.
La corrupción en México de acuerdo con Transparencia Internacional se encuentra ubicada en la posición 138 de 180 países, de acuerdo con el Índice de la Corrupción 2018, que lo coloca como el más corrupto de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En San Luis Potosí, no existe un esfuerzo para hacer algo en la materia. En dos años, la incidencia de corrupción en los trámites gubernamentales creció, al mismo tiempo que las denuncias cayeron en una tercera parte de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG, 2019).
El estudio refleja que 85 de cada 100 ciudadanos tienen una percepción de que la corrupción se presenta muy frecuente o frecuentemente. Un esfuerzo que no ha dado frutos para eliminar este cáncer es la creación de la Fiscalía Anticorrupción
Para combatir la corrupción debe haber voluntad de los actores, y en ese sentido han pasado cinco meses desde que el fiscal en la materia renunció a su cargo, por lo que se encuentra acéfala el área.
Dante Alan Carreón Sandoval
Twitter @dantealan
Facebook
Twitter
Instagram
RSS