San Luis Potosí, S.L.P. – Año con año, miles de fieles se unen en un acto de fe que ha trascendido generaciones: la peregrinación a San Juan de los Lagos, Jalisco. Don Arturo Quinta, auxiliar de capilla y miembro de la Caravana Nacional de la Fe, compartió su experiencia y el significado de esta tradición.
“Esta peregrinación tiene su historia, ya tiene mucho tiempo. Yo empecé en el 2005”, relata Don Arturo, destacando que esta manifestación religiosa es una muestra de devoción hacia la Santísima Virgen, a quien muchos peregrinos encomiendan sus peticiones y agradecen los milagros concedidos.
La Caravana Nacional de la Fe, pionera en San Luis Potosí, inicia su travesía cada 23 de enero, recorriendo durante diez días el camino hacia la Basílica de San Juan de los Lagos. “Entramos a las 5 de la tarde a la basílica y nos encontramos con peregrinos de otros estados, como Zacatecas”, explica. Este encuentro refuerza el sentido de comunidad y unión entre los participantes.
Para facilitar la peregrinación, se habilitó un autobús especial con mesas, luces, flores y sillas que se utilizan para las misas diarias a las 8 de la mañana. “Es un espacio que hemos transformado para llevar nuestras imágenes y mantener viva la devoción durante el recorrido”, comenta Don Arturo.
Esta tradición no solo es un acto de fe, sino un testimonio de la profunda conexión espiritual que une a los feligreses con la Virgen de San Juan, reflejando el fervor religioso y la esperanza que guían a los peregrinos año tras año.
