Un signo importante para darse cuenta es que vivan el miedo. “Si sienten más miedo que amor, están en una situación de riesgo”
Cuando se tiene una relación con una persona potencialmente violenta, el rompimiento puede incrementar los riesgos de sufrir una agresión física. Esto no quiere decir que la mujer se mantenga en una relación que le hace daño (ya que probablemente la violencia se incremente de todos modos) sino que debe identificar algunos síntomas, hacer un plan para el rompimiento y lo más importante de todo: pedir ayuda y no pasar por esto sola.
Alí
El 20 de septiembre de 2009, un día después de cumplir 24 años, Alí Dessiré fue asesinada por su ex novio, Oswaldo Aristóteles Morgan Colón. Alí era pasante de Letras Clásicas en la UNAM, feminista y ávida lectora. Bonita, llamativa, era más alta que Oswaldo, de quien fue novia año y medio. La relación no era buena. Se peleaban, había malestar. A inicios de ese septiembre, ella decidió terminar. Él insistía en regresar y le ofreció su departamento para que Alí hiciera su fiesta de cumpleaños. Ella aceptó, la celebración pasó sin sobresaltos. Al medio día del 20 de septiembre, comenzaron a pelear. Oswaldo la hirió en un ojo y no paró hasta apuñalarla 26 veces, 14 de ellas en el rostro.
Martha Karina
Karina, Kari, Negra, Negrita, como la llamaban, era la segunda de tres hermanas y la primera de la familia en estudiar la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ahí comenzó a salir con un muchacho de nombre Cristian. A los tres meses ella decidió terminar. Él insistió en seguir. Karina dijo no, pero lo invitó a la celebración familiar por cumplir 19 años, el 10 de mayo. Al día siguiente, Cristian regresó a buscarla, ella se sorprendió, pero no dijo nada. Él la siguió hasta casa de ella donde sólo se encontraba un tío con discapacidad. El tío vio cómo mataban a su sobrina sin que él pudiera hacer nada, con más de 20 puñaladas, con el mismo cuchillo con el que un día antes partieron el pastel de cumpleaños.
Nadia Alejandra
En 1997, Nadia Alejandra, de 17 años y estudiante de computación, conoció a Bernardo López Gutiérrez, de 22 años, un conductor de un microbús; comenzaron una relación sentimental y en ese mismo año se juntaron. Tuvieron tres hijos Carlos, José y Fernanda. Bernardo no permitía a Nadia trabajar, la golpeaba. El 27 de mayo de 2003 ella encontró a Bernardo con otra mujer en su propia casa y decidió dejarlo. Bernardo la golpeó y la secuestró por seis días, para que no lo abandonara. Ella logró escapar y se llevó a sus hijos, pero Bernardo la encontró y la convenció de regresar. Después ella trató de dejarlo varias veces, hasta que 12 de febrero de 2004, fue ahorcada por Bernardo y el hermano de éste. Los pequeños hijos fueron testigos de los hechos.
Mariana
El policía judicial Julio César Hernández Ballinas telefoneó a su suegra, Irinea Buendía, y le dijo: “Tu hija Mariana se suicidó. La hallé colgada. Era el filo de las 7 de la mañana del 28 de junio de 2010. En menos de media hora Irinea llegó al hogar de Mariana, en el municipio de Chimalhuacán. Irinea encontró el cadáver de su hija Mariana recostado en la cama. Presentaba rigidez y lesiones: rasguños en el cuello, en la frente y moretones en las piernas. En la recámara había una bolsa con documentos importantes y maletas con ropa: los preparativos de Mariana para dejar a su esposo. Se iba por las golpizas que aquél le propinaba, la violencia y las amenazas de muerte, informó a una amiga días antes. Mariana creía en la ley. Era pasante de abogado por la UNAM e iba a iniciar su tesis de titulación, tenía 28 años. Es caso sigue en litigio, la familia de Mariana sostiene que Ballinas la mató.
MEDIDAS
Para Adriana Segovia, terapeuta familiar del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia, “Es difícil que una mujer pueda prevenir del todo”. En ocasiones por la misma historia personal de la mujer, no logra identificar que está en una relación violencia.
Un signo importante para darse cuenta es que vivan el miedo. “Si sienten más miedo que amor, están en una situación de riesgo”.
Si se encuentran en noviazgo con alguien violento y les está costando trabajo terminar, o rompen con él y luego regresan, están viviendo una situación sicológica complicada y dolorosa, explica Adriana Segovia. Lo ideal es acudir a una terapia. Además es necesario tomar medidas de seguridad: no ver a la ex pareja a solas, en lugares remotos o solitarios.
Si la mujer ya vive con el agresor y piensa dejarlo, debe hacer un plan de emergencia: “tendrías que tener tus documentos afuera, así como dinero, llaves, un directorio con personas a las que puedas llamar, tener un sitio seguro donde te puedas refugiar y que no sea localizable por la pareja”. En resumen: “desaparecer hasta que estés en condiciones legales y sicológicas para enfrentar el embate”.
http://www.eluniversaledomex.mx/home/la-hirio-en-un-ojo-y-no-paro-hasta-matarla-a-punaladas.html