La Historia (no tan) Secreta: AMLO (Claudia Sheinbaum) y el Cártel de Sinaloa

OPINIÓN, Sextante

Marco Antonio García Briones.

6 de mayo de 2024.

Ya pasaron 20 años desde que agarraron al “señor de las ligas” René Bejarano, a la sazón Secretario Particular de López Obrador, llevándose fajos de billetes, con todo y ligas, de manos del empresario argentino Carlos Ahumada. No se trataba de aportaciones al movimiento, se trataba de sobornos a cambio de contratos gubernamentales.

Poco después Carlos Ímaz, en ese momento esposo de Claudia Sheinbaum y Jefe Delegacional de Tlalpan, recibió, del mismo empresario, 45 mil dólares que, dijo, eran para pagar a las brigadas casa mapaches. Después se supo que el dinero fue para pagar un viaje a Europa de la familia Ímaz-Sheinbaum. Estos hechos fueron señalados, por el peje, como “un compló”.

Hoy sabemos, por la periodista Anabel Hernández, que las campañas presidenciales, de Andrés Manuel López Obrador, en 2006, 2012 y 2018, además de la elección intermedia de 2021, fueron financiadas por el Cártel de Sinaloa. También el Cártel de Tijuana aportó.

Parecen tener ahora explicación muchas cosas. Por ejemplo, la política de “abrazos, no balazos”, las frecuentes visitas del Presidente a Badiraguato, Sinaloa. El efusivo saludo a la mamá del Chapo Guzmán y luego el trámite fast track de visas humanitarias para que la señora y parientes pudieran viajar a Estados Unidos. A las madres buscadoras, muchas de ellas víctimas del Chapo y sus hijos, a las mamás de hijos con cáncer, nunca se dignó recibirlas. No se fuera a manchar la blanquísima investidura presidencial, no faltaba más.

Se explica, también, por qué la actitud presidencial de supina cortesía con los integrantes del Cartel de Sinaloa. Por qué el Culiacanazo, en el que las fuerzas armadas soltaron a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo, por órdenes presidenciales.

Hoy sabemos por qué el gobierno mexicano cesó programas de colaboración con agencias norteamericanas, como la DEA, a cuyos agentes limitó en número y, luego. les retardó la entrega de visas.

Hasta aquí lo que Anabel sugiere que AMLO ofreció a cambio del presunto financiamiento. Nada más 25 millones de dólares en 2006 y, además, lo que hizo falta para sostener 47 días el plantón en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.

En el lado más triste de la historia están las montañas de muertos, en Estados Unidos y México. En lo que va del sexenio de AMLO, 489 mil estadounidenses (y contando) perdieron la vida. 336 mil por fentanilo (y contando). El fentanilo es producido por el Cartel de Sinaloa; se lo dijo en su cara Antony Blinken, Secretario de Estado norteamericano, al Gobierno de México. En nuestro país, 174 mil personas (y contando) han sido asesinadas y 114 mil desaparecidas (y contando), a casusa de la ingobernabilidad y la violencia, desatadas por los cárteles del narcotráfico.

En La Historia Secreta se describen las primeras muertes de candidatos para poner, en su lugar, personas obedientes a los cárteles de droga para el trasiego de estupefacientes ¿Será por eso que en este proceso electoral han sido asesinados 24 candidatos ante la modorra serenidad de AMLO, para quien todo está en paz y tranquilo?

Y, en ese mismo libro, se habla de Omar García Harfuch y de Claudia Sheinbaum. Al primero lo describen como una persona que parece buena gente, pero es todo lo contrario. De él se dice que cuando incautaba millones de dólares se quedaba con ellos. Del gobierno de Sheinbaum se dice que no aceptaba sobornos en efectivo, sino la mitad de mercancía decomisada. Por ejemplo, de 20 kilos de cocaína, 10 se les entregaban a las personas que designara Sheinbaum para luego cortarla varias veces y ganar varias veces más con la misma cantidad de droga. De Sheinbaum también se dice que el fentanilo era embodegado en la Ciudad de México cuando ella era Jefe de Gobierno, al igual que con AMLO durante su respectivo desgobierno en la Capital de la República. En una entrevista, posterior al anuncio de La Historia Secreta, Anabel Fernández aclara que éste, su libro, es apenas la punta del iceberg.

Las 336 páginas del libro son reveladoras, incluye fotos. Todo tendrá que ser aclarado y debidamente probado. Mientras tanto, faltan escasos trece días para el tercer debate presidencial, uno de cuyos temas es: inseguridad y crimen organizado.

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