LA HONORABLE FACHADA

“Sale más caro el caldo que las albóndigas”.

En nuestro muy rico y popular léxico mexicano, los dichos y refranes son un referente que traen consigo verdades claras y unas pocas palabras expresan más que largas explicaciones.

La apariencia que tanto se cuida, y más en estos tiempos que sumamos redes sociales, sería como aquel dicho en el que la limpieza se hace “por donde pasa la suegra”.  Y, aunque debajo de muebles o tapetes se esconda la suciedad, pareciera que lo que se ve esta radiante, limpio y digno de presumir.

Esta fachada llena de apariencias, que olvida valores universales fundamentales para la sana convivencia, hace que lo que se vea hacia el exterior pareciera perfecto, con el filtro de idealización para encajar en una sociedad que nos lleva a exigencias cada vez mas fuertes y estilos de vida obligados para pertenecer. Y así, poco a poco, las realidades se barren a las esquinas, y se esconden en los rincones o atrás de los anaqueles donde nadie los vea. Por mucho que intentemos evitarlo, esas verdades ocultas debajo de las alfombras, esas que duelen, que quisiéramos no existieran y que los demás (pensamos nosotros) no tienen, tarde o temprano saldrán sin remedio de esos espacios en donde las hemos ido amontonando, tratando de esconderlas.

Estos simulacros de bienestar y perfección comprometen nuestra vida personal, nuestra vida laboral; pero, sobre todo y lo mas delicado, la salud emocional. Pretender o hacer algo que no queremos o que no es real nos obliga a tomar el hábito de ponernos una máscara tempranito por las mañanas antes de comenzar el día y vivir con ella puesta, lo que indudablemente nos empuja a sumergirnos en un mundo de estrés. Algunas veces estas acciones nos llevan simplemente a vivir fingiendo como si fuéramos actores de una gran pantomima; y esto cansa, cansa tanto que la vida en ocasiones pareciera no tener sentido.

Marian Rojas Estapé, destacada psicoanalista española, y autora de varios libros de ayuda personal, nos comparte que el estrés es uno de los males más grandes de nuestros días y es el causante del aumento de la hormona del cortisol que afecta nuestra salud. “El cuerpo habla lo que la boca calla” es lo que sucede cuando esta intoxicación de cortisol por vivir en constante estrés nos lleva a tener desórdenes en la salud física, emocional y en nuestra conducta.

¿Qué nos está provocando estrés? El pago de cuentas interminables, una hipoteca o renta que no concuerda con la realidad de nuestra vida, el tener un auto de la marca deseada para sentir que pertenezco aunque no se pueda costear, el que los hijos estén en instituciones educativas “de renombre” aunque no vayan con la filosofía personal, solo porque están “los conocidos”, el uso de las redes llenas de máscaras sabiendo que no es verdad lo que se comparte, la mala relación de pareja que se “debe” aguantar por diferentes razones de apariencia, el comportamiento impropio de los hijos que se minimiza buscando perfección … en fin, las fachadas, estas honorables fachadas que acaban con nuestra salud emocional y física.

¿Cómo sé que tengo elevado mi cortisol? El insomnio, la caída del cabello, nuestras emociones cambiantes, algún tipo de adicción, ansiedad, falta de concentración, conductas agresivas…son algunas luces preventivas que nos deben hacer reflexionar: ¿qué está causando esto?, ¿será tiempo de sacar esa basura escondida, tirarla y liberarnos?

Aprender a vivir en nuestra realidad, disfrutar de lo bueno y gestionar de manera correcta lo malo, es una forma de controlar el cortisol y aminorar nuestro estrés. Conectar con nuestras emociones sin esconderlas, aceptar las situaciones negativas que nos suceden a todos, valorar el amor propio más allá de tratar de buscar aprobación de los demás, cuidar el cuerpo con actividad física y alimentación por nuestro bienestar, buscar grupos de apoyo o terapia, elegir un modo de trabajar el espíritu y ser real en un mundo que pareciera imaginario son algunas de las acciones que podemos hacer para bajar esta hormona del cortisol, necesaria pero mal llevada al exceso.

Situarnos en la realidad debe ser una acción voluntaria. No es sencillo cuando estamos acostumbrados a vivir en una sociedad llena de posturas impuestas, de fachadas.  El ser auténtico nos hace libres y la libertad es de lo más preciado para el ser humano. El verdadero significado de nuestra vida es el que cada uno elige. Como nos comparte el gran Viktor Frankl: “Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. Así es que, con paciencia, serenidad y mucha paz, hay que seguir sacando poco a poco todo aquello que estorba escondido bajo los rincones de la mente. Recuerda “más vale paso que dure, que trote que canse”.

Agradezco a Antena San Luis la invitación a compartir ideas por este medio. Nos leemos la próxima.

Marianela Villanueva Ponce IG Marianelavipo  X@mnelav FB MarianelaVillanueva

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