La iglesia, un ente político más

Hace un par de semanas, con motivo de las iniciativas presentadas en el congreso local para despenalizar el aborto escribimos aquí acerca de los motivos por los cuales el tema no avanza, pero además señalamos que los grupos antiderechos o proabortos clandestinos han demostrado una violencia cada vez más purulenta en el afán de limitar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

A este panorama de intolerancia hay que añadir el posicionamiento de la iglesia católica, la única con voz en medios y que a través del vocero del arzobispado fomenta la violencia contra las mujeres desde la comunidad tan es así que ya hubo un señalamiento del Consejo Ciudadano de la Comisión Estatal de Derechos Humanos por la declaración en la que comparó el aborto con el desmembramiento de una mujer en la vía pública.

Actualicémonos en noticias, porque el vocero del arzobispado ya ha manifestado en una entrevista publicada el 27 de marzo que no se va a disculpar porque no dijo ninguna palabra hiriente y porque no discriminó a nadie. Pero a la falta de contrición de su parte se suma la actuación de la iglesia católica como operador político en toda regla dada la reunión que sostuvo el arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero con diputados locales y federales con regidores y funcionarios del Partido Acción Nacional.

La explicación no pedida de Priego Rivera días después en la que manifestó que la iglesia no se volverá partidista pero que los políticos del PAN fueron a notificarle al arzobispo que ellos están a favor de la vida no es aceptable porque no fue una reunion a la que acudieran los integrantes de ese partido como particulares sino desde los cargos que cada cual ostenta y se volvió público el acto con las fotografías que se compartieron en las redes sociales.

Luego entonces, queriendo confundirnos se confunden, es comprensible si tomamos en cuenta la libertad con la que inciden estos ministros religiosos en la opinión pública al satanizar temas como este de los derechos reproductivos o el matrimonio igualitario, pero su actuar además de sí ser discriminatorio ahora encuadra en infracciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público por asociarse con fines políticos, realizar propaganda de cualquier tipo a favor de un partido y promover la realización de conductas contrarias a la salud o integridad física de los individuos.

Finalmente hay que decir, en la intención de cuadrarse ante su iglesia los panistas no solo la han puesto en riesgo sino que particularmente los diputados locales y federales se han olvidado de que protestaron guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, punto. Los actos confesionales no tienen cabida en el Estado democrático.

A más ver

 

Claudia Almaguer

Twitter: @Almagzur

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