A pesar del aislamiento, la escasez de recursos y la hambruna que ha sufrido Corea del Norte, sus habitantes no tienen que renunciar a reunirse con sus amigos a disfrutar de un buen trago de cerveza fría de fabricación nacional.
El consumo de esta bebida está muy arraigado en la cultura norcoreana, que cuenta con una gran variedad de destilerías artesanales reguladas por el Estado.
Es tal el fervor por la cerveza de los norcoreanos, que en 2000 el gobierno comunista compró una destilería británica por US$2,3 millones.
Y la reconstruyó pieza por pieza en las afueras de la capital, Pyongyang, para producir la cerveza Taedonggang, una de las marcas más populares del país.
Sin embargo, el embargo económico y las circunstancias que vive el país hace que la tradición cervecera de Corea del Norte sea muy distinta a la de países vecinos como Corea del Sur, China y Japón.
Con mucho cuerpo
Según Thomas, es muy habitual ver por las calles de la capital, Pyongyang, a grupos de ancianos reunidos en torno de unas cuantas botellas de Taedonggang.
Por su parte, los norcoreanos o extranjeros con recursos las degustan en las destilerías de bares y hoteles estatales, en enormes pintas servidas con sifón al más puro estilo alemán o británico y por un costo de hasta US$8 la cerveza.
A diferencia de países vecinos como China y Corea del Sur, donde se tiende a consumir cerveza rubia de sabores ligeros, las sanciones han hecho que los norcoreanos sean más proclives a degustar cervezas oscuras, de fuerte sabor y mucho cuerpo, cuenta Thomas.
Un país sin rubias
“Elaboran ales (cerveza amarga) porque no tienen refrigeración y lo hacen con un proceso inventado en Estados Unidos durante la fiebre del oro de California, conocida como steam“, le explica Thomas a BBC Mundo.
Los continuos cortes de electricidad que afectan al país les impiden a los coreanos elaborar cervezas rubias, que necesitan de cinco a seis meses de refrigeración. Por el contrario las ales suponen mucho menos esfuerzo, al requerir tan sólo un proceso de tres semanas sin necesidad de frío.
Por eso, las cervezas amargas como las ales y las stouts (cerveza negra o muy oscura) son muy populares en el país, así como las steam beers, elaboradas como ales pero con levadura de cerveza rubia.
“Les gustan las stouts, las cervezas oscuras, tienen cervezas achocolatadas o café; son como las irlandesas, cremosas y con un color como la cerveza Guiness, pero sin su sabor”, describe Thomas.
Por otra parte, aclara, la escasez de combustible hace que el transporte de cerveza por el país sea difícil y, por lo tanto, proliferen las destilerías artesanales en hoteles, bares y restaurantes controlados por el Estado.
Bien equilibrada
En su recorrido, Thomas visitó la exdestilería británica que ahora posee la marca Taedonggang, la fábrica de cerveza Paradise y la destilería del hotel Yanggakdo de Pyongyang, así como una en un bowling local.
Taedonggang, relata, es la marca más famosa del país y distribuye en el territorio cuatro tipos de cerveza.
Con un 5% de alcohol, sus cervezas son de sabores amargos, y aunque en el pasado trataron de exportarse a Corea del Sur, hoy se limitan al consumo nacional: pueden adquirirse fácilmente en bares y restaurantes por poco más de medio dólar.
Pero según Thomas, lo mejor cerveza que probó fue una hecha a base de trigo que le sirvieron en la destilería Paradise.
“Estaba muy bien hecha y Paradise era la destilería mejor mantenida de todas; sabían cómo hacer una cerveza bien equilibrada y todo estaba muy limpio para que no se alterara el sabor. No era ni muy amarga ni dulce, era muy refrescante”.
Polémica por cerveza
“La gente en el país es muy buena y es muy llamativo ver que incluso siendo tan pobres todavía beben una pinta de cerveza como cualquiera en todo el mundo. Son muy experimentales”.
Es esta posibilidad de experimentar lo que, según algunos, dota de mayor originalidad a la cerveza norcoreana respecto a la de países como Corea del Sur.
Un polémico artículo publicado por la revista británica The Economist en 2012 generó resquemores entre los surcoreanos al afirmar que la cerveza de su país era “aburrida” en comparación con la que producen sus vecinos comunistas.
Lo que, de acuerdo con la publicación, se debería al monopolio que tienen sobre el mercado las marcas Hite-Jinro y Oriental Brewery.
No obstante, pese a su reciente buena fama, las virtudes de la cerveza norcoreana siguen y seguirán siendo un misterio para muchos.