La majestuosa migración de la Mariposa Monarca hacia México ya comenzó. El programa Correo Real de la organización Protección de la Fauna Mexicana (PROFAUNA) confirmó los primeros avistamientos de esta especie en su ruta desde Estados Unidos y Canadá rumbo a los bosques mexicanos, marcando oficialmente el inicio de la temporada 2025-2026.
De acuerdo con el reporte, el 11 de octubre se registraron las primeras mariposas solitarias en Coahuila y la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León. Sin embargo, fue a partir del 18 de octubre cuando los avistamientos aumentaron gracias a los vientos del norte generados por un frente frío, con grupos de hasta tres ejemplares en vuelo.
El domingo 19 de octubre, PROFAUNA confirmó la presencia de las primeras perchas —sitios donde las mariposas descansan durante la noche— en el norte de Coahuila: una en la Presa de La Amistad, con más de 20 monarcas, y otra en un rancho del municipio de Guerrero, donde se observaron seis. Dos días después, en el mismo punto, ya se contabilizaban más de 90 ejemplares preparando su refugio nocturno.
“Con la formación de estas perchas, podemos anunciar oficialmente que la migración de la Mariposa Monarca hacia México ha comenzado”, celebró el equipo del programa.
El viaje de las almas aladas
Cada año, el grueso de la migración llega entre finales de octubre y principios de noviembre a los bosques de oyamel y pino del Estado de México y Michoacán, justo en las fechas del Día de Muertos. Por ello, muchas comunidades mexicanas asocian la llegada de las Monarcas con las almas de los difuntos que regresan a visitar a sus seres queridos.
Durante la temporada pasada (2024-2025), la presencia de la especie casi se duplicó en comparación con el año anterior, al ocupar 1.79 hectáreas repartidas en ocho colonias, frente a las 0.9 hectáreas registradas en 2023-2024.
Datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF México) señalan que tres colonias se establecieron en los bosques de Michoacán y cinco en el Estado de México. De ellas, tres se ubicaron dentro de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y cinco fuera de la zona protegida.
La colonia más grande fue la de Atlautla, en el Estado de México, con una extensión de 0.098 hectáreas. En contraste, el registro más bajo en la historia fue en 2013-2014 con apenas 0.67 hectáreas, mientras que el pico máximo se alcanzó en 1996-1997 con 18.19 hectáreas.
Este fenómeno natural no solo simboliza el ciclo de la vida, sino también la conexión espiritual entre la naturaleza y la cultura mexicana. Cada otoño, millones de Monarcas tiñen de naranja los cielos y recuerdan que, incluso a miles de kilómetros, la vida siempre encuentra el camino de regreso a casa.