La Dama del Silencio o mejor conocida en la cultura popular por La Mataviejitas es la primera asesina serial de la que se tiene registro en el país, lo que en su tiempo tuvo sus implicaciones para las autoridades mexicanas.
Los especialistas aseguran que los asesinos seriales no tienen control de sus impulsos, remordimientos ni empatía por sus víctimas, en muchos de los casos sufrieron violencia durante su infancia, saben que hacen mal y que la violencia es cada vez más extrema.
Juana Barraza Samperio, una mujer cuya infancia estuvo marcada por la violencia y el maltrato de su madre, lo que según ella, le provocó resentimiento y odio hacia las mujeres.
Fue la primera mujer homicida serial que se conoció en la Ciudad de México y quizá en todo el mundo. Juana Barraza Samperio fue conocida después como La Mataviejitas.
Tuvo en vilo a las autoridades de la Ciudad de México, desde el 2002 hasta el 2006, cuando se desató una ola de asesinatos de mujeres adultas mayores en la capital del país.
Todas las víctimas tenían similitudes como la edad que era de entre 65 años y 90 años, vivían solas, a todas las estrangularon con algún objeto que hallaron en sus casas como medias, cordones para cortinas, ropa interior. A todas les robaron pertenencias como aretes, dinero y bolsos.
Durante cuatro años, La Mataviejitas asesinó a más de 30 mujeres que eran poco frecuentadas por sus familiares, pues incluso los cadáveres se descubrieron varios días después de que ocurrieron los crímenes.
Cuando todo comenzó las autoridades no tenían idea de la identidad del homicida, por lo que se creó un grupo especial para su búsqueda. Más de 200 investigadores encabezados por el entonces subprocurador Renato Sales Heredia formaron parte de este grupo.
Tenían una serie de retratos hablados realizados gracias a los testimonios de personas que la habían visto y sabían que era persona alta, corpulenta, de cabello no muy largo, incluso pensaron que se trataba de un hombre vestido de mujer.
Disfrazada de trabajadora social y enfermera ofrecía a sus víctimas tramitarles el apoyo para personas de la tercera edad que entonces daba el gobierno de la Ciudad de México. Esa era la forma con la que lograba entrar a las casas de las víctimas y asesinarlas.
Luego de análisis periciales, los investigadores hallaron las mismas huellas digitales en cuatro diferentes homicidios, por lo que no quedaba duda de que había un homicida serial estrangulando a personas de la tercera edad.
Una toalla sanitaria fue lo que delató que se trataba de una mujer, y es que en dos de los casos en los botes de basura de las víctimas fueron encontrados estos insumos que por obvias razones no pertenecían a las víctimas.
Para el 2006 se tenía un registro de 30 mujeres asesinadas y las autoridades habían interrogado ya a más de un centenar de trabajadores sexuales que se vestían como mujeres, pero no se obtenían resultados. Se desplegó a policías por toda la ciudad, se montó un operativo denominado “parques y jardines” porque se sabía que acostumbraba a interceptar a sus víctimas en los parques.
En una tarde de enero de aquel año, La Mataviejitas fue detenida luego de cometer el último homicidio en una casa de la colonia Moctezuma primera sección, donde fue asesinada la señora Ana María Reyes Alfaro de 81 años.
Luego de estrangularla buscó escapar y fue entonces cuando un joven que vivía ahí, la descubrió y al vivir cerca de un parque, policías que implementaban el operativo se acercaron para detenerla.
Cabe destacar que en el momento de su captura Juana Barraza Samperio estaba maquillada y peinada, pues era una de sus obsesiones. Incluso una semana antes le habían teñido y hecho un corte de cabello en una estética cercana a su casa.
Tras la captura se supo que vivía en el Estado de México junto con dos hijas que tenía y que había sido golpeada por su esposo. Nació en el municipio de Epazoyucan, en el estado de Hidalgo, un 27 de diciembre de 1957.
Tuvo una infancia complicada pues narró que su madre era alcohólica y cuando Juana tenía apenas 12 años de edad la llevó con un conocido donde bebieron y la vendió por tres cervezas.
Juan Barraza era maltratada y abusada por ese sujeto y a los 13 años quedó embarazada por primera vez. Su primer hijo fue asesinado a batazos luego de que unos jóvenes le pidieron dinero y ella no se los dio.
Después se supo que era luchadora semiprofesional y se hacía llamar “La dama del silencio” del bando de los rudos.
Luego de una lesión ya no pudo entrenar, por lo que las autoridades creen que después de que ya no tuvo cómo desfogar esa fuerza y odio se dedicó a matar mujeres.
Actualmente se encuentra presa en el penal de Santa Martha Acatitla, donde se casó con un secuestrador, aunque posteriormente se divorció.
Juana Barraza enfrenta sentencias de más de 700 años de cárcel, aunque aún niega los homicidios. En la cárcela colabora en el salón de belleza, donde se dedica a arreglar a sus compañeras del penal.
Excélsior