El robo de combustible significa para Pemex uno de sus mayores desafíos. El alarmante aumento de este delito ha generado desabasto de gasolina en varios estados del país y gastos millonarios para la petrolera
En México, cada dos horas se perfora un ducto para sacar combustible de forma ilegal.
El robo de hidrocarburos ha crecido de forma alarmante en el país. Tanto, que se ha convertido en uno de los factores por el que algunas entidades presentan desabasto de gasolina.
Un análisis del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, reveló que este delito aumenta exponencialmente año con año.
La falta de combustible en al menos nueve entidades, en semanas recientes, puso en jaque la actividad económica de muchas empresas y de comunidades en general.
Las pérdidas para el país por el robo de combustible son multimillonarias.
En el 2014, se calcula que el hurto ascendió a 19 mil millones de pesos, un 4.4 por ciento de las ventas totales de las gasolinas Magna y Premium.
El estudio del Senado detalló que en los primeros tres meses del año, en México se registraron mil 211 perforaciones ilegales para el robo de combustible en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo cual significó 57.8 por ciento más que el mismo periodo de 2014, en donde la “ordeña” de hidrocarburos fue de 767 ataques a esta red de suministro.
Aunado a esto, el sector enfrenta una baja en la producción de crudo; México ya no produce la misma cantidad de petróleo que hace unos años.
El aumento en las penas para castigar esta actividad ilícita no ha rendido frutos.
Aunque el 2011 se aprobaron sanciones que alcanzarían hasta los 18 años de prisión por extraer o vender combustibles de forma ilícita, poco fue el efecto que tuvo sobre los delincuentes.
Por si fuera poco, Pemex está atado de manos para combatir eficazmente este flagelo, pues sus técnicos y personal operativo no pueden actuar como cuerpo policiacos y aprehender a los delincuentes.
Sumado a esto, en el Congreso de la Unión se encuentran empantanadas reformas legales encaminadas a catalogar el robo de combustibles como delito grave, para que no se alcance fianza y evadir así la prisión, y aumentar las penas hasta a 60 años.
Fuente: Reporte Índigo.