El Radar
Por Jesús Aguilar
La ley #SoloparaMujeres, o #LeyRuth como le quieren bautizar los más rijosos es un tema muy complejo, no podemos verlo solo desde una perspectiva. Ahora expongo porqué.
En San Luis Potosí, el problema no es discutir la paridad; el problema es confundirla, simplificarla o manipularla. Y en el debate que hoy rodea la iniciativa del CEEPAC sobre paridad en la gubernatura rumbo a 2027, esa confusión no es ingenua: es política.
La alerta publicada sobre un posible dictamen exprés en el Congreso del Estado para aprobar lo que algunos ya llaman —con ligereza interesada— la “reforma Ruth González”, obliga a poner orden conceptual antes de que el ruido sustituya a la norma.
Porque hay un dato técnico, verificable y decisivo que se está pasando por alto —o deliberadamente ocultando—:
el CEEPAC no propone que las candidaturas a la gubernatura de 2027 sean exclusivamente para mujeres.
LO QUE REALMENTE DICE LA INICIATIVA (Y LO QUE NO DICE)
En la página 53 de la iniciativa presentada por el OPLE al Congreso, se plantea adicionar cuatro párrafos al artículo 265 de la Ley Electoral del Estado. El núcleo de la propuesta es claro y jurídicamente sobrio:
Los partidos políticos deberán observar la alternancia de género, considerando el género de la candidatura registrada en la elección inmediata anterior.
Esto es alternancia, no exclusión.
• En 2021, Morena compitió con una mujer a la gubernatura.
• Bajo esta regla, Morena podría postular a un hombre en 2027, sin violar la norma.
Es decir, no hay una camisa de fuerza automática ni una obligación generalizada de postular mujeres en todos los casos. La narrativa de la “exclusividad femenina” no está en el texto del CEEPAC; está en la interpretación política que algunos quieren imponerle.
DÓNDE SE TENSA EL TABLERO: ALIANZAS Y HEGEMONÍA
El verdadero punto sensible aparece en el cuarto párrafo propuesto al artículo 265, que establece:
“En el caso de coaliciones, la referencia del género se hará tomando al partido político que encabece dicha coalición.”
Aquí está el nudo político real.
En un escenario de alianza, no se mira al conjunto, sino al partido que encabeza. Y en San Luis Potosí, por mayorías, control territorial y peso legislativo, el partido que encabezaría una coalición oficialista sería el Partido Verde.
¿Y qué implica eso?
Que el Verde sí estaría obligado a postular mujer en 2027, porque en 2021 su referencia fue un hombre.
Así, el debate deja de ser abstracto y se vuelve concreto: la alternancia no bloquea opciones individuales, pero sí condiciona el diseño de alianzas. Y eso explica por qué algunos actores quieren acelerar el dictamen, simplificar el mensaje y reducir todo a una consigna emocional.
Paridad sí, caricatura no
Hay que decirlo con todas sus letras:
la iniciativa del CEEPAC no impone una solución única, ni cancela la deliberación legislativa. Al contrario, abre el espacio para que el Congreso evalúe cómo garantizar la paridad sustantiva: alternancia, gradualidad, acciones afirmativas u otros modelos.
El propio CEEPAC reconoce que legislar ahora tiene un objetivo institucional claro:
evitar incertidumbre jurídica, evitar que el árbitro electoral tenga que improvisar lineamientos en la antesala del proceso, y permitir que cualquier regla pase por el tamiz jurisdiccional con tiempo suficiente.
Lo que sería un error —político y constitucional— es convertir esa iniciativa en un albazo, vaciándola de su sentido técnico para cargarla de intencionalidad coyuntural.
LA ADVERTENCIA DE FONDO
La paridad es un principio constitucional, no una herramienta de ingeniería electoral para acomodar sucesiones.
La alternancia es una regla de equidad, no un mecanismo para cerrar el paso a unos y abrirlo a otros por la vía rápida.
Si el Congreso decide legislar, debe hacerlo bien y a tiempo, no rápido y con dedicatoria. Porque una reforma aprobada sin debate amplio, sin claridad pública y con lectura facciosa no fortalece la democracia: la judicializa, la erosiona y la pone en riesgo.
San Luis Potosí aún está a tiempo de hacer lo correcto:
discutir la paridad sin caricaturas, la alternancia sin trampas y la reforma sin prisa.
Todo lo demás no es igualdad: es cálculo.
La domingueada que parece se viene con todo y las advertencias a varios de los personajes más “volátiles” del Congreso, Sara Rocha, Carlos Arreola y Aranzazú Puente se verá las caras con una matiné que puedes ser mucho más que un show de sólo para mujeres que no tiene parangón.