Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se presentó este viernes ante el juez Brian Cogan en el Tribunal Federal Este de Brooklyn, donde se analizó su posible elegibilidad para la pena de muerte en Estados Unidos. Esto se debe a que fue detenido en territorio estadounidense y, aunque la pena capital fue abolida en Nueva York en 2004, su rol en el narcotráfico y la crisis de fentanilo podría influir en la decisión de las autoridades.
Durante la audiencia, Zambada, de 76 años, mostró signos evidentes de deterioro físico, con una apariencia demacrada y cojeando. A pesar de sus problemas de salud, entró y salió del tribunal por su propio pie, vistiendo un uniforme de reo y gafas. Su aspecto contrastaba con el de sus primeras comparecencias, ya que su cabello negro ahora estaba salpicado de canas.
Los fiscales informaron que la acusación contra “El Mayo” se actualizó en febrero y es la única que incluye el tráfico de fentanilo, un opioide que ha desencadenado una crisis de sobredosis en Estados Unidos. El gobierno federal está considerando si Zambada incurrió en delitos graves, como asesinatos en masa o crímenes de terrorismo, lo que podría llevarlo a enfrentar la pena de muerte.
La próxima audiencia del narcotraficante está programada para el 15 de enero de 2025. El juez Cogan indicó que el caso se considera “complejo”, lo que requiere más tiempo para revisar las pruebas y la documentación presentada. Zambada enfrenta 17 cargos, incluyendo conspiración para asesinato, narcotráfico, posesión de armas y pertenencia a una empresa criminal.
Además, se abordó un “potencial conflicto de intereses” relacionado con su abogado principal, Frank Pérez, quien también representa a Vicente Zambada Niebla, conocido como “Vicentillo”, hijo de “El Mayo” y colaborador activo de las autoridades estadounidenses. El juez solicitó tiempo para investigar este asunto, señalando que era un tema serio que no podía resolverse rápidamente.
Zambada, quien estuvo custodiado por varios agentes del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos durante la audiencia de aproximadamente 15 minutos, continúa enfrentando una serie de acusaciones que podrían cambiar su destino. A pesar de su situación, el narcotraficante pareció mantener una comunicación cómplice con su abogado, sonriéndole y haciendo gestos de aprobación.